Sin duda que si comparáis nuestras respectivas carreras periodísticas (su medio, e-noticies y el mío, rafapal.com, son pioneros en el periodismo digital independiente y, con todas nuestras diferencias, un servidor se reconoce en su forma de entender el periodismo), os daréis cuenta de la afinidad en la manera de entender lo que tiene que ser esta profesión.
A lo largo de estos 20 años de periodismo «en los márgenes del sistema», me he planteado muchas veces lo que va a ser de esta profesión una vez que todas las mentiras salgan a la luz y se vea cómo los grandes emporios de la información son, simple y llanamente, INCOMPATIBLES CON EL EJERCICIO DEL PERIODISMO: es decir, difundir la verdad. Mi opinión es que se volverá a la figura del periodista individual (a lo sumo, unido a otros periodistas individuales) que se gana su respeto por su trabajo diario, por su credibilidad, no por el tamaño del emporio que le acredita.
En esas condiciones, me resulta muy curioso cómo, al final, Rius y yo hemos llegado a la misma conclusión: hay que reinventar los códigos del periodismo y contar lo que pasa desde la espontaneidad (sin faltar al rigor, obviamente).
En suma, te podrá gustar más o menos, te podrá caer mejor o peor, pero las crónicas políticas del periodista catalán, en la que te enteras de la trastienda de los periodistas y los políticos, son una nueva manera de entender el periodismo, que en realidad vuelve a lo que debió haber sido algún día: contar lo que pasa, de la manera que habla la gente, sin leer, sin impostar la voz, sin temer a divagar, o interrumpir lo que uno está diciendo porque se le ocurre otra cosa.
Comparad lo que él está haciendo con mis crónicas del reseteo de este mismo año y os daréis cuenta de que, en realidad, estamos haciendo lo mismo: nos hemos liberado de los corsés del sistema.
Y para acabar, un pronóstico: las crónicas radiofónicas y televisivas MASIVAS van a ir variando su estilo hacia algo mucho más espontáneo, como lo que hace Rius.