Aprovechando inteligentemente la indignación generada por la exhumación de Franco, Vox ha instado a sus socios de gobierno en Andalucía, Madrid y Murcia (PP y Ciudadanos) a derogar las leyes de memoria histórica en todas las comunidades donde gobiernan. De esta manera, quieren retratarlos como unas corrientes más de la socialdemocracia.
Al tiempo, ha instado a prohibir que banderas de grupos sectarios, como el movimiento gay, se muestren en los ayuntamientos.