Esta chica es un auténtico filón de cómo funciona la ingeniería social para homosexualizar a la población. Lo tiene todo: la confusión entre amistad y amor, la influencia de las películas (hombre en el cuerpo de mujer) y las series, la programación a través de las canciones (Katie Perry: «I kissed a girl») y por último, el ambiente del artisteo, en el que, según ella misma reconoce «es obligatorio ser bisexual». Lo dicho: la ingeniería social reconocida por ella misma.
Y al final, admite que se ha metido «en todos los colectivos que están puteados» (pero que están subvencionados y promocionados por la cultura de masas). Lo dicho: de libro.