La actualidad se vuelve todavía más bizarra cuando nos enteramos de que el joven asesino del que era jefe del clan mafioso de los Gambino ha confesado a la policía de Nueva York que intentaba evitar que la conspiración entre la CIA, la mafia neoyorquina, los narcos mexicanos fieles al Chapo Guzmán y los agentes del partido demócrata asesinaran a Donald Trump. Por ello es que este hombre apareció en el juicio con la letra «Q» escrita en su mano.
En una información concomitante, Sorcha Faal desvela que los servicios de inteligencia de Israel se han hecho con el control de un club especializado en orgías satánicas, y que funcionaba como otra tapadera para hacer chantaje a los políticos. Uno de esos agentes israelíes es la nueva «esperanza del partido demócrata», Pete Buttigieg, asociado a la firma de abogados que ha organizado la compra del citado club de orgías satánicas, de donde se deduce que puede ejercer chantaje sobre el resto de políticos.