Son casi las 12 de la noche en España, cuando encuentro que Q ha publicado un post que enlaza a un tuit en el que se detalla que Obama dio a la editorial Pearson un contrato para unas publicaciones de la Casa Blanca por valor de 350 millones de dólares. Cuando dejó de ser presidente, la editorial le contrató para escribir sus memorias por ¡65 millones! En el mismo post se detalla que la familia Clinton hoy posee más de 200 millones, cuando llegaron a la casa blanca con apenas 1 millón. Obama hoy tiene 40 millones no tenía ni 1 millón cuando se hizo presidente. Nancy Pelosi hoy tiene 150 millones y el hijo de Joe Biden, decenas de millones. Todo ello se debe, al parecer, a corrupciones ligadas a la ayuda al exterior.
20 minutos después de esta publicación, Q enlaza a una noticia bajo el código «¿Crees en las casualidades?».
La noticia revela que el presidente de la editorial Pearson ha presentado la dimisión y que venderá sus acciones en la compañía a su rival, Bertelsman.
En otras palabras: que han pillado a Obama en una corrupción más y que el resto de los políticos se van a ver comprometidos también.