Sentaditos, por favor, y bien relajaditos que esto es «heavy».
¿Os acordáis que os conté que el supuesto asesino de los judíos y los militares franceses, Merah, era un contacto del alto diplomático y miembro del Consejo de Estado, Descoigns, íntimo amigo de Sarkozy?
Bueno, pues el pasado día 4 ha aparecido MUERTO en Nueva York.
¿Las circunstancias?; os las podéis imaginar, parecidas a las de Whitney Houston, Amy Winehouse y tantos otros «suicidados». Aparece desnudo, junto a una botella de whisky, unos antidepresivos y unos condones, en un gran hotel de Nueva York, el pasado 4 de abril. Más tarde, «se dan cuenta» de que tiene sangre en la boca y que su teléfono móvil anda perdido por otra planta del hotel. [Lo de los «duress» tiene su gracia: ¿te pones un condón antes de suicidarte?, ¿o te suicidas con él?, ¿o es que queda bonito en el «bodegón» para envolver el crimen?].
Los servicios secretos rusos que informan a Sorcha Faal recopilan parte de la información que os he ido contando en las pasadas semanas: Merah era un agente al servicio del espionaje francés, controlado por el citado Descoigns. Agitado por la culpa y la cercanía de su delación, el ex asesor de Sarkozy dentro del Consejo de Estado se coge un avión a Nueva York para contar la implicación de los servicios secretos galos y norteamericanos en las famosas masacres y… se encuentra con la muerte.
Los rumores estaban siendo tan clamorosos en los últimos días en Francia e Italia, que el jefe de los servicios secretos franceses, Bernard Squarcini, tuvo que salir públicamente a desmentir que Merah fuera un agente a su servicio.
Sin embargo, una website de socialistas franceses publica que, durante las horas en las que estuvo rodeado por la policía, Merah pidió hablar con una agente que le había acompañado en un viaje a Pakistán en Noviembre del 2011. Otra prueba más de que Merah fue el chivo expiatorio de unos asesinatos con motivación política.
Sorcha Faal coincide con la apreciación que tuvo un servidor nada más enterarse de los asesinatos de que han sido ideados por el propio Sarkozy para asegurarse su reelección.