En estos días, los medios de comunicación masivos confluyen en dos denuncias falsas por maltrato entabladas por sendas mujeres, y una mujer que asesina a su marido. Todas ellas, famosas, por distintos motivos.
La más llamativa, sin duda, es la que interpuso la actriz Amber Heard a su famosísimo marido, Johnny Depp, a quien una grabación va a salvar de la ruina, pues evidencia que la maltratadora fue… ¡Ella!
La segunda fue también famosa en su día, en España, puesto que la mentirosa mujer afirmó que su marido había intentado pegar sus labios vaginales con pegamento. Bueno, pues ha aparecido un vídeo en el que se ve a la mujer entrando a comprar... ¡el pegamento que es la prueba del delito! En este caso, de la denuncia falsa, pues el fiscal al que engañó la susodicha ahora le pide 11 años de cárcel.
La tercera de estas noticias de sucesos que dejan en entredicho la reputación feminista es el crimen de un policía urbano barcelonés a manos de su mujer y un compañero, amante, también policías. En su día tuvo mucha repercusión y ahora llega a juicio, con lo que todos estos episodios, al mismo tiempo, contribuyen a destruir el discurso feminista por completo.
El barco feminista hace aguas por los cuatro costados, y el remedio que han encontrado (encarar a las mujeres que cuestionan su legitimidad) está resultando peor que la enfermedad. En estos días está circulando mucho un debate entre una diputada de Vox y una feminista, con resultados desastrosos para la segunda. Juzgad por vosotros mismos.
