En el tiempo de la Revelación, todas las mentiras aparecen.
El ingeniero iraquí que propició que un millón de sus compatriotas (y no cien mil, como se dice) murieran a manos de las fuerzas sionistas, confiesa que inventó que Sadam desarrollaba armas de destrucción masivas para «evitar que siguiera oprimiendo a la población». Tiene narices.
¡Anda que lo de Bin Laden! Resulta que en todo el tiempo que fue buscado, estaba al lado de la Academia Militar de Paquistán, aliado de Estados Unidos. Y además, le dio tiempo a hacer cuatro hijos.
¡Y lo dice una de sus mujeres! Para ser el hombre más buscado del Planeta… no está mal, ¿no? ¡Buscando por todas las cuevas y lo tenían comprando el periódico cada mañana delante de la embajada USA en Paquistán! ¡Jajajaa!
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