Ayer, el día antes del misterioso momento en torno a la supuesta inauguración del candidato que robó las elecciones, un aluvión de información incriminatoria de los agentes del Deep State salió a la luz.
Por un lado, el sumario del caso contra la mano derecha de Jeffrey Epstein, Ghislaine Maxwell.
Por otro, la desclasificación de parte del material sobre la trama de espionaje contra Trump y la conspiración del FBI, la CIA y el Departamento de Estado para acusarle de ser un agente ruso.
También ayer, el abogado Lin Wood compartía por su canal de Telegram el testimonio de un confidente que acusaba al vicepresidente Pence y el Juez Roberts de ser parte de la trama de Epstein de tráfico y explotación sexual de niños. (Puedes ver uno de ellos en mi canal de Telegram: Noticias Rafapal).
Ayer 19 de enero, renunció la jefa de la CIA, Gina Haspel.
Por su parte, Joe Biden apareció en un evento caritativo, con máscara, gafas de sol y guantes, de manera que no podía identificársele y hace dudar de que vaya a acudir el verdadero a la ceremonia. Varios líderes republicanos (sabiendo lo que les espera) han decidido no acudir al acto.
Los rumores, a día de hoy, indican que esta ceremonia se podría convertir en el momento de las detenciones de alto nivel y que el General Flynn asumiría el mando del gobierno de transición. Trump se «despidió» diciendo: «lo mejor está por venir».