Continuando con la crónica de su supuesta detención, el mismo día de la inauguración de Donald Trump, Real Raw News explica que el ex asesor de Seguridad Nacional del propio Trump, John Bolton, no fue enviado a la prisión de Guantánamo (debido a supuestos problemas de espacio que no se corresponden con su ocupación actual) y sí a la base de Guam, a dónde llegó en un avión militar, junto con otros 130 miembros del Deep State que fueron detenidos en esos mismos días.
Allí le estaba esperando el Almirante Johnathon Stephens, quien le mostró pruebas documentales de que presionó a Trump para que bombardeara nuclearmente a Corea del Norte, en base a pruebas falsas. Bolton se defendió de las acusaciones reconociendo que a veces había que contar a los presidentes los asuntos de seguridad «con otras palabras» porque no siempre entendían esos informes. Además, añadió que Trump era fácil de manipular, y que con un par de sonrisas y halagos conseguía hacer lo que él quisiera: «ese idiota no lee, y nunca debería haber llegado a convertirse en presidente», dijo.
Esa confesión bastó para que el panel de jueces militares le considerara culpable de traición y le condenara a muerte, una ejecución que se cumplió rápidamente: tan sólo 4 horas después.
