A mis seguidores más antiguos seguro que les va a hacer mucha gracia esta noticia, porque la existencia de los Campos de concentración del FEMA, en dónde meterían a los disidentes, fue uno de los temas que más nos asustó durante la era Obama.
Bueno, pues aquí viene Real Raw News a contarnos que esos campos, que fueron creciendo progresivamente en número desde la presidencia Carter hasta los 974 que llegaron a haber en época de Obama, se han dado la vuelta en su cometido.
Al parecer, hasta hace pocas fechas había seis en Colorado y California que seguían plenamente operativos, mientras el nuevo gobierno Trump iba enviando cartas de despido a la mitad de ellos.
El pasado 14 de marzo los agentes que continuaban yendo a trabajar recibieron una desagradable sorpresa: de repente, sus tarjetas identificatorias dejaron de funcionar, las puertas quedaron selladas magnéticamente y, por tanto, quedaron encerrados en la propia prisión donde pretendían meter a los disidentes. Unos pocos se liaron a tiros para lograr salir pero el propio cristal antibalas que «protege» la prisión impidió su huida.
Acto seguido llegaron los marines, que rodearon las instalaciones y amenazaron con dispersar gas tóxico si no deponían sus armas. De esa manera los agentes del FEMA quedaron aprisionados en su propia prisión, acusados de sospechosos de incitar a la rebelión y traición.
Según la oficina del General Smith, 261 agentes del FEMA han quedado de esta manera «y vendrán más».
Al parecer, al margen de agentes del FEMA, también han quedado encerrados en esos centros de detención, agentes del FBI, el IRS y del Servicio Secreto.