Política actual — 27 marzo, 2025 at 3:33 pm

Agentes del FBI detenidos actualmente han confesado que muchos se dedican al tráfico de niños

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La llegada de Kash Patel a la dirección del FBI ha provocado una purga de agentes federales, 165 de los cuales también han sido encarcelados en las diferentes prisiones militares, acusados de cargos como traición o estafa.
Ante la perspectiva de afrontar un juicio militar que les puede llevar al «otro barrio», muchos de ellos han comenzado a «cantar» lo que saben, en la esperanza de llegar a un acuerdo con el fiscal militar, a cambio de salvar la vida. En concreto, confesando que muchos de ellos «roban» niños secuestrados por las mafias de este tipo y luego los revenden (como a veces realizan con la droga).
Las cifras son alucinantes: las fuentes de Real Raw News indican que cada año desaparecen en Estados Unidos ¡más de 800.000 niños!
La crónica de Real Raw News da cuenta de una acción concreta de agentes federales en abril del 2022 en un centro comercial de la ciudad de Seattle, en donde estaban desapareciendo niños varones de entre 7 y 10 años de edad, cerca de una tienda de ropa y a una hora muy concreta: entre las 5 y las 6 de la tarde.
Después de revisar el contenido de todas las cámaras de vídeovigilancia en el centro de comercial y no encontrar nada raro, los policías asumieron que los secuestradores de niños o bien habían inutilizado algunas cámaras, o bien realizaban ese delito en «puntos ciegos», donde las cámaras no apuntaban.
Después de tres semanas de vigilancia, por fin detectaron a dos individuos de raza blanca que controlaban a una madre demasiado enfocada en probarse ropa que en vigilar a su hijo protestón, y que le decía que se sentara en un banco mientras terminaba sus compras. En ese momento, uno de los dos hombres le inyectó un sedante en el cuello y se lo llevaron.
En lugar de detenerlos allí mismos (como manda el código del FBI), los agentes siguieron a los secuestradores hasta el lugar donde guardaban a los chiquillos y decidieron actuar por su cuenta, nuevamente desobedeciendo los protocolos, que mandan avisar a las fuerzas especiales y un negociador para este tipo de secuestros.
Evidentemente, los agentes tenían otras intenciones, pues entraron a tiros (poniendo en peligro la vida de los niños), matando a tres de los sicarios y a otro gravemente herido. El niño recientemente secuestrado permanecía inconsciente y, además de él, encontraron a otros cuatro, encadenados.
Inspeccionando el teléfono iPhone del secuestrador superviviente, encontraron notas escritas de las que se deducía que llevaban secuestrando niños dos años. Y aquí es donde la cosa se pone todavía más desagradable.
El sicario pensaba que los policías eran honestos y les espetó que no recuperarían al resto de los niños. Y la respuesta de los policías fue coger su mano para que asesinara al niño recientemente secuestrado y luego, posteriormente, «suicidarse»… ayudado con la mano del agente del FBI, que llevaba guantes, por lo que sólo las huellas del sicario aparecerían en el revólver. El relato que los agentes «vendieron» fue que el sicario se suicidó después de matar al niño.
El resto de los infantes los vendieron a una mafia sudamericana por 165.000 dólares.
Este es el relato que cuatro agentes del FBI han contado al fiscal militar, aunque sólo uno de ellos ha admitido haber participado en el crimen.