Hablando sobre el juicio a Bill Gates, un amigo me comentó hace una semana que cuando un demonio del calibre del fundador de Microsoft abandona la Tierra se produce una gran liberación, lo cual es algo bastante lógico desde el punto de vista espiritual.
Bueno, pues de acuerdo a Real Raw News ese hecho va a suceder el martes 5 octubre, ya que la semana pasada el jurado militar declaró a Bill Gates culpable de tráfico de niños, pederastia, asesinato múltiple, atentado contra la salud pública y lavado de dinero, entre otros delitos.
El último día de juicio, el fiscal aportó documentos procedentes de los ordenadores incautados que demuestran que la campaña emprendida por la Fundación Gates de 2011 contra una supuesta cepa de suoerpolio en la India fue en realidad un invento para endosarles una «vacuna» que dejó a 41.000 niños o muertos o en graves condiciones físicas. El abogado de Gates le defendió argumentando que, en el caso de ser cierto, ese tribunal no tenía legitimidad para juzgar un hecho acaecido en otro país, a lo que el fiscal respondió que ese crimen afectó a seis niños norteamericanos, hijos de trabajadores de ONGs, con lo que en base a la ley de insurrección sí son competentes. Después hablaron de otro genocidio similar en 2015 pero en la República del Congo y con una supuesta vacuna para el sida que dejó 27.000 muertos en la «cuenta» de Bill Gates.
Acto seguido, se mencionaron las cinco reuniones secretas que Bill Gates ha mantenido entre diciembre de 2019 y mayo del 2020 con el doctor Anthony Fauci, jefe de salud pública en Estados Unidos, en las que el «filántropo» acordó prestar decenas de millones a las farmacéuticas a cambio de parte de los beneficios originados por las «vacunas del Covid» (lo que niega que sea un benefactor).
Ante este arsenal de desmanes, los tres miembros del jurado necesitaron apenas un minuto para decidir que este demonio debe ser ahorcado por sus crímenes contra la humanidad, cosa que sucederá el próximo 5 de octubre. Yo creo que todas las personas de conciencia deberíamos abrir una botella de champán y lanzar unos cohetes ese día para celebrar que este demonio abandona este Planeta. Y lo mejor de todo es que unos cuantos más van a seguir el mismo camino.
