El informe Fulford de esta semana viene cargadito. Seguidamente, un resumen del anticipo que se ha publicado.
El cronista canadiense aficando en Japón afirma que, según sus fuentes de inteligencia polacas, chinas, rusas, norteamericanas y británicas, Rusia ha ganado la guerra en Ucrania a la a OTAN, después de bombardear las instalaciones eléctricas de ese país, lo que ha ocasionado que, a su vez, ese país no pudiera servir electricidad al este de Europa. Afirma que en invierno Rusia llegará fácilmente hasta el río Dnieper, conquistando Odesa y Jarkov, y allí fijará las nuevas fronteras, sin que la OTAN pueda hacer nada, por lo que quedará definitivamente derrotada. Por eso, afirma, los países de la Unión Europea están comenzando a mover sus embajadas en Kiev, reinstalándolas en territorio polaco.
Fulford continúa con la batalla en el sector financiero, y vuelve a repetir, no sólo que los grandes fondos de inversión BlackRock y Vanguard han entrado en bancarrota, sino ¡la mayor parte de las 500 mayores empresas del Planeta y también el FMI, el Banco Mundial, el BIS y la ONU! Asegura que la corporación de Estados Unidos no cumplió con el plazo límite del 30 de septiembre para el pago de su deuda, y sus acreedores le dieron hasta el día 14, pero como ya no tienen el oro que debería avalarlos (en poder de los militares patriotas), no hay manera de detener la quiebra.
¿Pruebas?
-El comercio marítimo entre Asia y Estados Unidos se ha reducido un 75% en los últimos meses porque los asiáticos ya no aceptan el dólar fiat de la Reserva Federal.
-El ministro de hacienda británico, del nuevo gabinete de Liz Truss, tuvo que dimitir la semana pasada, según Fulford, porque el Banco de Inglaterra se ha quedado sin fondos (se supone que es consecuencia de que el Vaticano repatriara sus fondos, como recordaréis, el pasado mes de septiembre).
-Afirma que la carestía de gasolina en Francia se debe a que los Rothschild franceses no han conseguido comprar crudo (con euros) y que el ejército francés se dispone a hacerse cargo de la situación.
Fulford también afirma que la familia Rothschild ha perdido el control del Banco de Inglaterra, que dirigía, en la sombra, después del «golpe» de la batalla de Waterloo, 1815.
La rama suiza de esta misma familia consiguió que la Reserva Federal rescatara, en el último minuto, al Credit Suisse suizo con una inyección de 9.300 millones de dólares porque, como se sabe, si cayera, se hundiría todo el sistema bancario europeo.
Fulford coincide con un servidor en el sentido de que la pronta aparición de las divisas digitales de los bancos centrales es un intento por escapar del apocalipsis financiero que se avecina por parte de la élite, pero esas divisas no las van a querer en ningún país fuera de Europa, por lo que no fracasarán.
En la parte que se corta, habla de los próximos movimientos en Estados Unidos.
