En el segmento del informe Fulford que se ha hecho público a esta hora, el cronista canadiense titula que el «Grupo Octógono pide la paz, tras la muerte de Evelyn Rothschild».
En el cuerpo de la crónica, explica que la mafia jázara, cuyos cuarteles generales están en la localidad suiza de Zug, está tratando de negociar un acuerdo de paz con el resto del mundo tras la muerte de Evelyn de Rothschild y el colapso de su imperio. Como parte de esto, la Interpol, el nuevo emperador chino (se supone que Xi), el grupo Octógono y un grupo de billonarios suizos que controlan el lago Ginebra han pedido a la Sociedad del Dragón que envíen un representante a Suiza, para reunirse con ellos. «La situación es de tal calibre que las fuerzas especiales rusas han enviado a sus ‘hombres de negro’, que lidian con entidades paranormales» (más sobre esta información, en el resto de la crónica).
Sin embargo, antes de ser asesinada, la Reina Isabel de Inglaterra advirtió de no acudir a Suiza «porque es una tramp», algo en lo que coincide el Mossad israelí (se supone que la facción patriota). Así pues, los representantes del Dragón han decidido esperar hasta que la facción suiza de la mafia jázara colapse.
Por su parte, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Lavrov, ha dado un discurso en la reunion del G-20 en Bali en el que da por finalizado el «orden mundial comandado por los Estados Unidos», afirmando que una gran mayoría de los países» no apoyan esa agenda [se refiere a la Agenda 2030].
Más importante todavía, vuelve a repetir que Alemania y la Unión Europea han roto con la facción norteamericana controlada por la mafia jázara y han llegado a un acuerdo con Rusia. Un acuerdo que se visibiliza por la retirada de las tropas rusas en Ucrania al lado este del río Dnieper. Como la agencia rusa Tass ha reflejado: «Alemania pretende mejorar sus relaciones con China y Rusia, a pesar de las objeciones norteamericanas. No olvidemos que Holanda ha levantado las sanciones a Rusia. Los Estados Unidos ya no tienen el poder de imponer su orden al mundo e introducir nuevas leyes».
Según Fulford, en estos momentos la mafia jázara sólo tiene el control de Canadá, Estados Unidos, Ucrania y Suiza. Seguidamente dice que su gobierno sobre Estados Unidos no va a durar mucho, gracias al despropósito en el recuento de las recientes elecciones. «Los funcionarios de Arizona están preparados para continuar el recuento seguramente hasta Navidad».
Sigue diciendo que, incluso si los sicarios de Rockefeller consiguen mantener a Biden en el poder más tiempo, el cercano colapso de la economía norteamericana le acabará derribando más pronto que tarde.
Continúa reflejando los monumentales despidos en las grandes empresas norteamericanas de Internet y recuerda que la declaración de bancarrota del estado norteamericano el pasado 14 de octubre implica que ya no pueden importar ni petróleo ni productos de Asia. Los barcos contenedores están regresando vacíos a los puertos estadounidense, lo que ha empezado a provocar carestía de bienes en las tiendas norteamericanas.
Según Fulford, la muerte de Evelyn de Rothschild probablemente se ha debido al estrés que le ha producido haber perdido el control de la «máquina de imprimir dinero».
El cronista canadiense coincide con The Storm Rider en la conexión entre la muerte de Evelyn Rothschild y la implosión del exchange de criptomonedas que ejercía de lavado de dinero del Deep State, FTX. Cosa que corroboran sus fuentes del Mossad israelí. Esas mismas fuentes opinan que el colapso de este «banco de criptomonedas» puede significar el comienzo de la implosión del sistema finaciero al completo, y del gobierno de Biden, así como del poder del Foro de Davos.
Acto seguido muestra fotos del director de FTX, Sam Bankman* con Tony Blair y Bill Clinton, señal del poder que tenía este chico.
*Tiene cojones que este chico se apellidara, precisamente, «el hombre del Banco»: ¿predestinación?
