Un servidor esperaba que en su próxima crónica Real Raw News comentara el «guiño» de Donald Trump ayer a su trabajo, pero no ha sido así.
La crónica de hoy versa sobre el juicio a los dos ex espias del Mossad y la CIA que fueron pillados en los alrededores de la mansión de Trump interceptado sus telecomunicaciones.
El juicio ha tenido lugar en otras dependencias y bajo otro protocolo el de Guantánamo, sin duda que por la menor gravedad de los hechos juzgados.
Los acusados se han defendido aludiendo a su derecho a tomar imágenes en la calle, como turistas que «eran» y el fiscal les ha contestado que tenían una antena parabólica y equipo electrónico con el que interceptaban las telecomunicaciones de la familia Trump.
El fiscal les ha ofrecido un trato: la libertad a cambio de que desvelaran la identidad de quien les contrató, oferta que ambos han declinado, con lo que les han impuesto una condena de 20 años, y eso que podían haber sido 30, si el jurado les hubiera aplicado la ley relativa a espionaje.
