El pasado 7 de noviembre un tribunal militar habría juzgado a la enviada especial del gobierno Biden a Ucrania, Penny Pritzker, acusada de haber desviado 1.400 millones que recibió del Tesoro Americano a un banco ucraniano mediante criptodivisas, quedándose con otros 200 millones, a pesar de que la propia Pritzker posee 3.000 millones de dólares.
Pritzker se negó a declarar poniendo la mano sobre la Biblia porque dijo no creer en Dios.
Después de revisar los datos bancarios que probaban el delito, el tribunal decidió condenarla a una pena de 20 años de cárcel, a pesar de que el Fiscal pedía la pena de muerte.