Nuevamente nos llega el agente de inteligencia Tom Heneghan con suculentas informaciones.
En este caso, nos cuenta que las amenazas de Al Qaeda a embajadas norteamericanas, francesas, alemanas y británicas (¡curioso!) que han provocado su cierre esta semana, provinieron en realidad de cinco agentes de El Mossad israelí localizados en Yemen conectados con el Consejo Turco-americano con sede en Estambul.
Este último consejo fue el responsable del ataque a la embajada norteamericana en Bengasi, Libia, que está siendo investigado ahora mismo, con la colaboración de algunos agentes de la CIA leales a la Constitución.
Por otra parte, Heneghan también relata que los servicios secretos canadienses han aportado documentación que prueba que dos operativos iraníes, Chiheb Esseghaier y Raed Jaser, fueron los ejecutores de los atentados de la maratón de Boston en colaboración con dos sauditas. Todos ellos escaparon a Liechtenstein en un avión de Lufthansa para cobrar el dinero prometido… donde fueron asesinados por unos agentes de Blackwater al servicio de Israel.
Estos mismos iraníes habían sido capturados en Canadá, acusados de intentar volar un tren donde viajaban tres ex agentes de la CIA que iban a testificar sobre el mencionado atentado de Bengasi, en Libia.
Heneghan insiste en la inocencia de Tsarnaev, y afirma que las heridas que tiene se la produjeron los médicos judíos que dirigen el hospital de Boston donde fue ingresado, en colaboración con agentes del FBI y la CIA.
Heneghan vuelve a afirmar que se prepara una debacle financiera, debido a que tanto el Barclays Bank inglés como el Deutsche Bank alemán y el City Bank de Nueva York están «pillados» en un monumental engaño de acciones derivadas, ligadas al Banco de Japón y al HSBC de Hong Kong.