Como os contado (y muchos conoceréis personalmente) el mundo de los que creemos en que la historia de la Humanidad ha sido la de una gigantesca Conspiración tiene unos cuantos subgrupos: hay conspiranoicos ateos, conspiranoicos new age, conspiranoicos musulmanes, conspiranoicos cristianos e, incluso, podríamos diferenciar entre los conspiranoicos cristianos de las distintas sectas cristianas.
Todos hemos recorrido este camino juntos aunque, evidentemente, las diferentes creencias nos han mantenido de alguna manera, separados. Como mi pretensión siempre ha sido aprender e integrar todo lo que de Verdad hay en el Ser Humano, al igual que he estudiado las profecías de los pueblos indígenas y musulmanas, también lo he hecho con las cristianas y, por ejemplo, he aprendido mucho escuchando a Texe Marrs, que es una verdadera eminencia de la conspiranoia internacional, además de cristiano devoto. Es decir, que valoro, leo y tengo en cuenta las profecías bíblicas como una guía, entre otras cosas, porque los judíos y cristianos sionistas, las siguen a rajatabla.
Mucho he descodificado ya el pensamiento de los New Age y de los ateos, pero todavía no me había metido a fondo con el pensamiento de los conspiranoicos cristianos, cuyos máximos exponentes son los blogs apocalípticos de Mundo Desconocido (por el lado cristiano-tradicional) y El Gran Engaño (por el lado protestante), los cuales han hecho un trabajo ímprobo en estos años y a los que hay felicitar por ello.
Llega el momento de descodificar su pensamiento porque, a pesar de las positivas señales que nos está brindando (¡hemos conseguido parar la guerra de Siria!… de momento), muchas son las personas que se están quedando «enganchadas» al pesimismo, al seguir al pie de la letra lo que escuchan a las Voces del Armagedón.
Y la manera de descodificar este pensamiento es tremendamente fácil: para ellos, antes de que ocurra nada bueno, se tiene que cumplir el Libro del Apocalipsis, al pie de la letra.
Por supuesto, este modelo de pensamiento te evita tener que discriminar entre el bien y el mal de ninguna acción.
¿Que el Papa Francisco está dando muestras de humildad?
Está disimulando.
¿Que se ha superado un envite para evitar el estallido de la III Guerra Mundial en Siria?
No importa, como está escrito en la Biblia, estallará.
En definitiva, que no les hace falta discurrir, discernir, leer los hechos que están sucediendo; se coloca el «piloto automático» y ya está. Todo va a peor. Y quien trate de que algo vaya a mejor, en realidad es un traidor que está disimulando. No porque lo hayan analizado con ECUANIMIDAD sino porque lo dice la profecía.
Alguno podría preguntarse en qué se diferencia este modelo de pensamiento del de los sionistas.
Pues, en poco. Ambos desean que llegue el Armagedón. La única diferencia es que los apocalípticos cristianos creen que de esas cenizas llegará la resurrección de la Humanidad pero, en realidad, desean que se produzca esa gran destrucción.
¡Ojo! No es que se trate de defender al Papa Francisco ni a ninguno: una de las mejores frases que dejó dichas ese famoso señor que vivió hace 2000 años fue «por sus hechos los conoceréis». Actualmente lo tenemos muy fácil para ver de qué pie cojea cada uno, y en poco tiempo conocemos la verdad. Por lo tanto, no hace falta ponerse ni a favor ni en contra de ningún líder: lo que hay que hacer es juzgarlo a partir de lo que hace, de sus buenas o malas acciones.
Lo paradójico de este modelo de pensamiento es que las personas que siguen al pie de la letra el Libro del Apocalipsis (no les interesa prácticamente ningún otro libro de la Biblia) es que pierden su capacidad para discernir el Bien del Mal, cual peleles, lo cual no creo que le haga ninguna gracia al Creador de todo este invento. ¿Para eso te dí la inteligencia! ¡Para que repitas como un lorito una serie de canalizaciones que recibió un señor hace 2.000 años? ¡Fueron avisos de lo que podía pasar!
Bien, evidentemente, la cuestión actual se traduce en «jesuitas: ¿sí o no?». Es bien sabido que las dos mayores líneas de investigación de la conspiración son 1-la línea judía (que engloba a la masonería) y 2-la línea jesuita. En términos porcentuales, yo situaría la hipótesis judía en el 80% y los defensores de la conspiración jesuítica, como del 20% , aunque hay que recordar que Adam Weishaupt era judío y jesuita, antes que Iluminati (lo cual podría unir ambas, claro).
En las últimas semanas le he dado muchas vueltas al tema de la «Conspiración de las letras mayúsculas» porque, una vez que parece claro que el Vaticano ostenta la propiedad de las tierras en América, Europa y muy posiblemente en Africa, hace falta colocar a los judíos «en la pomada». ¿Dónde quedan?
Creo que hay un consenso entre los investigadores de la Conspiración en que el cristianismo es sólo una extensión del imperio romano, con el Papa sustituyendo al César, y parece que, a su vez, el imperio romano siguió al egipcio y éste, a su vez, a los imperios de lo que hoy es Irak, particularmente, Babilonia. Ese debió ser el desarrollo histórico del traspaso del Poder que, en última instancia, procede de Dios: de ahí la importancia de quién se atribuye (o al cual se reconoce) como legítimo heredero de Dios. Dado que Dios es el Creador de este Universo (y de todos) aquel que consigue validar ser su «heredero», se puede atribuir la legitimidad sobre la posesión de estas tierras… y el dinero que se imprime (por eso los reyes colocaban su efigie en las monedas, claro está).
Algo debió hacer de bueno el tal Jesucristo para que el Imperio Romano se viera «obligado» a adoptar la religión creada por sus seguidores que, evidentemente, en cuanto fue adoptada por el Estado, se corrompió, conviviendo la bondad de tantos miles y miles de monjas con la corrupción más absoluta de la Curia Romana, el Vaticano. Creo que a la luz de lo que ha pasado con el islam (los cuidadores de La Meca son los máximos corruptos) y con el Vaticano, podemos entender que a la primitiva religión judía le pasó lo mismo: el mensaje genuino de sus profetas se corrompió en su exilio/reclusión en Babilonia, donde fue escrito el primer Talmud. Allí se corrompieron: se hicieron satánicos. Luego no es una cuestión de las religiones en sí mismas sino de los corruptos adoradores de Satanás dentro de ellas. Lo cual son dos cosas diametralmente distintas.
Hoy día nadie tiene alguna duda de que la «invención» de la imprenta (más bien, su copia de China) fue el origen de la reforma y cisma protestante: la impresión de biblias y la posibilidad de leerlas estuvo en el origen del nacimiento de la escisión luterana que, no por casualidad, sucedió en Alemania, donde se había «inventado» la imprenta apenas setenta años antes. La novela «El Hereje» de Miguel Delibes es un buen ejemplo de ello.
También parece haber consenso en que las llamadas «guerras de religión» acaecidas en el siglo XVI en realidad sólo tenían en la religión un pretexto para dirimir disputas territoriales entre los aristócratas de aquella época (y el Papa).
Situémonos en 1517, cuando el sacerdote y monje católico Martín Lutero publica sus amonestaciones en la iglesia de Wittenberg… ¡El 31 de octubre! ¡Es decir, la Noche de Halloween! ¿Os suena de algo? ¿Serán capaces los conspiranoicos protestantes de decírselo a sus seguidores? ¿Y la celebración semanal en el sábado tendrá algo que ver con el sabath judío y el mismo sabath satánico?
Por aquel entonces, Europa se estaba uniendo en la persona del Rey Carlos I y… ¡V de Alemania! que se tenía por el príncipe del catolicismo. De hecho, en 1521 Lutero expuso sus tesis delante de la «Dieta de Worms» (especie de parlamento de los principados alemanes) presidida por Carlos V de Alemania (Carlos I en España).
Es pues evidente que las posteriores guerras a raíz de que unos cuantos príncipes y duques alemanes apoyaran el cisma luterano fue una manera de impedir esa unificación que, de la mano de España, habría traído la integración a Europa.
Lutero fue aupado como lo que hoy sería una «estrella del rock» por los príncipes alemanes que hoy son los presidentes de las Multinacionales. De hecho, la traducción de la Biblia al alemán realizada por Lutero se produjo en el castillo de los Warburgs, una de las familias que fundarían la Reserva Federal Americana en 1913.
Al igual que ocurriría cinco siglos después con Al Qaeda y los Hermanos Musulmanes procedentes de las madrasas, aquellas guerras fueron generadas en las iglesias llamadas «protestantes» que, por otro lado, tenían algunos buenos motivos para sentirse decepcionadas con el Vaticano: es decir, detrás de cada escisión hay un buen motivo pero, al final, acaban siendo dirigidas por los de siempre. El sentido teológico último de la reforma protestante fue la proclamación de la salvación por la fe (y no por las obras), la implantación de la ética del éxito económico en vida como prueba de que Dios le ama a alguien que conduciría al capitalismo y la exaltación del trabajo: todos ellos preceptos perfectamente asumibles por los judíos que, a mi modo de ver, tuvieron muchísimo que ver con la Reforma, entre otras cosas, porque muchos de los judíos sefarditas expulsados por España apenas en 1492 (sólo 25 años antes de Lutero) acabarían en Bélgica, Holanda y Alemania, focos de la rebelión protestante. ¿Casualidad?
Tampoco parece casualidad que el resultado de estas guerras fuera la fundación de ¡Iglesias estatales en Inglaterra, Suecia, Dinamarca y Noruega! Es decir, los países donde subsistirían las monarquías hasta nuestros días, donde el monarca es el jefe de la iglesia y el parlamento, su mayor órgano legislativo. Parece innegable que el juicio a Lutero ha de ser eminentemente satánico porque, como digo, condujo a que estos seres depravados sean ¡jefes de iglesias! y, sobre todo, condujeron a la esclavitud del capitalismo a la población europea a través de cuatro siglos de guerras dentro de la cristiandad.
Por el lado contrario, está plenamente comprobado que la Orden Jesuita se creó como una contrarrevolución frente al protestantismo y es evidente que han estado medrando en la política desde entonces, pero también es cierto que los jesuitas han estado al lado de las poblaciones más pobres en diferentes lugares del Planeta y que su sentido de la Justicia con los débiles les ha puesto en problemas frente a las corruptas oligarquías en Latinoamérica (recordemos los asesinatos de El Salvador en los años ochenta). Resulta muy curioso, también, que ningún jesuita haya llegado a la cima de la Iglesia hasta este momento y que el Papa Francisco lo haya logrado justo… ahora, cuando casi todas las tradiciones espirituales, comenzando por la maya, colocan el final de una era y el comienzo de otra.
Una de las críticas más feroces que los fundamentalistas cristianos realizan a los reformadores de la Iglesia es su insistencia en la unión de las religiones, conocida como «ecumenismo».
Yo me pregunto: ¿cabe en alguna cabeza que Dios desee que se inventen diferentes sectas para que se maten entre ellos… en su nombre? ¿Es que alguien en sus cabales puede estar en contra de la unión de todos los seres humanos, única forma de acabar con las guerras?
-¡Ah no, es que el Nuevo Orden Mundial quiere un estado global unificado!
-¡Estupendo! ¡Como los malos quieren controlar el Planeta vamos a renunciar nosotros a liberar a los seres humanos de nuestra esclavitud! ¡Y encima, quieren hacer creer que el Bien Supremo es lo mismo que el Mal satánico! (Evidentemente, estas personas no creen en el Bien… pero ¡sí en el Mal!).
Yo creo que lo voy a dejar aquí. Me gustaría que esas personas que defienden el Armagedón a capa y espada como único argumento intelectual se dejen de refugiar en el «no» y digan claramente cuál es su fórmula para solucionar los problemas de la Humanidad. Qué tipo de gobierno debería haber y cómo se debería regir el tema central del dinero.
¿Nos jugamos algo que no son capaces de proponer nada?
PD: Por supuesto, estoy deseando escuchar esas propuestas para que se abra un debate constructivo sobre el futuro de la Humanidad.