No por haberla anticipado hace ya casi dos años, la siguiente información resulta menos dolorosa. Por su dureza, no la muestro en la portada directamente y deberéis pinchar en «continue reading» para conocerla.
Hace ya casi un año y medio, os mostraba el cómic que escribí junto con las ilustraciones de Paumer que terminaba, como podréis ver, con el médico diciéndole a una madre que «había parido un niño transexual».
Tan loca propuesta se ha convertido en realidad en Alemania, en donde ya se puede inscribir a un hijo «sin sexo definido«, tras aprobar que se pueda inscribir en el DNI como «hermafrodita».
Esta noticia se une a las referidas (posibles desinformaciones pero importantes en tanto en cuanto generan realidad en Argentina y en Málaga (España) sobre varones cuyas madres han vestido de niñas y cuyos colegios han tenido que admitir con ese sexo castrado. Es el epítome de la Paranoia de Género; ya sabéis, la Ingeniería Social diseñada para que disociemos nuestra mente y nuestro cuerpo, o lo que es lo mismo, género y sexo (que son uno), hasta el punto en que no sepamos quién somos.
Por supuesto, todo esto forma de una estrategia para convertir en una tendencia la castración, que comenzó con películas como «Con faldas y a lo loco», «Víctor o Victoria», «Tootsie» o «Yentl» y continuó promocionando a travestis y transexuales en cada país: en el nuestro, Bibi Andersen y Antonia San Juan.
La locura es completa: la feminización de la especie por medio de los químicos feminizantes está teniendo resultado.
Como veréis por la foto de un artículo argentino, la moda trans llega…. ¡hasta las vacas!
¿Qué qué podemos hacer contra esta locura?
Pues, dado que la mayor parte de los transexualizados se van de hombres a mujeres de mentira, un gran golpe sería que las mujeres os vistáis de la manera más femenina para que así se note la diferencia entre una mujer de verdad y un hombre que juega a ser mujer. No quiero decir exactamente sexy sino que os dejéis el cabello largo y os pongáis flores en pelo… En fin, no os voy a hacer un estilismo… Ya sabéis vosotras solas.
No por casualidad, evidentemente, esta propaganda para acabar con la especie humana coincide con la promoción abierta y clara de la implantación del chip en el cerebro. La técnica tiene varias estrategias:
-Los masones USA lo promocionan en pro de «la seguridad de los niños«.
-Las compañías tecnológicas Google y Samsung lo expanden bajo la doctrina transhumanista de ampliar las condiciones cerebrales y mejorar la especie humana.
