Creo que esta es la prueba más palpable de la debilidad del imperio sionista: no tiene fuerzas (físicas e intelectuales) para mantener varias guerras a la vez. Los agujeros que se abren en su nave son demasiados para atenderlos a todos y, cuando se focalizan en uno, pierden el control de los restantes.
Así se puede interpretar el que, mientras los tambores de guerra suenan en torno a Ucrania (el gobierno impuesto por la OTAN envía tanques a Crimea para impedir el referéndum de este lunes), las conquistas del gobierno sirio de Al Assad se multiplican en estos días ¡ante el silencio de los medios de comunicación!
Pero no sólo eso: el otro día el parlamento libio destituyó al primer ministro libio porque los rebeldes estaban ¡vendiendo petróleo desde un puerto «pirata»! (es decir, sin control del gobierno). Esta es la prueba más palpable de lo que viene publicando «El espía digital» desde hace semanas, y es que el pueblo libio (fiel al coronel Gadafi) está recuperando el control del país y, a día de hoy, no se puede decir que el gobierno colocado por la OTAN tenga ya el control del país. Lo mismo que en Afganistán.
Como digo, el Imperio Sionista se derrumba irremisiblemente e incluso la sublevación llega a Israel, donde el pueblo exige que los estudiantes de la Torah (los levitas) vayan también al ejército, contradiciendo al mismísimo Moisés.
Sólo falta el dinero, obviamente, ese es el único poder que les resta. El cambio de divisa internacional marcará la transformación al Planeta que estamos esperando.
¿Cuándo?
Ya me gustaría saberlo.
Lo que sí os puedo decir es que lo que pase en las próximas semanas en Ucrania marcará el final de esta partida.
Nos esperan unos días de puro nervios: haced acopio de Flores de Bach. ¡Jajaja!