Contemplar cabras montesas en el parque natural de La Pedriza, en la sierra madrileña, es un pequeño acontecimiento, cuando tienes la suerte de verlas brincar, a lo lejos, por entre las inciertas rocas, como en el mítico programa «El Hombre y la Tierra»; verlas a una cierta distancia es un privilegio, pero lo que nos ocurrió a un grupo de amigos y a mí, ayer domingo, fue algo mágico, inesperado, uno de esos regalos que la vida te hace de vez en cuando.
Si llegas al paraje conocido como «La charca verde» a eso del atardecer, puedes tener la suerte de contemplar a las míticas cabras montesas acercarse a beber al río.
Comoquiera que estamos en pleno deshielo y ha llovido bastante últimamente, un rebaño de treinta o cuarenta cabras se acercó bastante a la ruta humana «natural» cuando vuelves en dirección al bar-aparcamiento.
¡Estaban a como cincuenta o cien metros! ¡Se podía ver a los majestuosos machos cabríos con sus portentosas cornamentas!
Sin hacer ruido ni aspavientos para no asustarlas, nos fuimos acercando al rebaño ¡y no escapaban! ¡estaban tranquilas!
Yo creo que una de las pruebas de la falta de libertad en la que vivimos los humanos actualmente en el Planeta es la reverencia con la que contemplamos a estos animales libres, salvajes: ¡nos generan envidia y admiración!
Bueno, pues con ese mismo respeto, nos fuimos acercando, acercando… hasta que ¡acabamos quedando a escasos quince metros de los fenomenales! ¡Casi los podíamos tocar! (He de confesar, y que no salga de aquí, que en un momento dado me entró un poco de «canguis» porque la cornamenta del «cabrón» es…)
Entonces, recordé, evidentemente, que el macho cabrío es el origen del mítico Baphomet-Cabrón que representa a Satanás y sentí como un presagio que los Cabrones se vuelvan mansos. ¡Satanás se ha vuelto manso!
Bueno, pues eso, agradeced a mi amigo Camilo que podáis contemplar estas fotos (pinchar en ellas para ampliarlas).
Algo está pasando en el Planeta cuando los animales salvajes dejan de tener miedo a los humanos (los caballos salvajes también han cambiado mucho su carácter en las últimas décadas).
Hace ya unos meses, coincidimos en La Pedriza con el mítico alpinista César Pérez de Tudela (uno de los padres de este deporte en España), cuando sus colegas montañeros le hacían un homenaje. Tengo una pequeña entrevista con él (hecha con el teléfono) pero todavía no he sido capaz de «sacarlo» de él. Ahí va la foto que me saqué con esta leyenda viva.
