Fue hace ya como dos años, cuando se apagaban los ecos del 15-M y Félix Rodrigo auguraba ya la muerte de sus últimos rescoldos en forma de asambleas, por lo que estaba viviendo de primera mano en sus charlas por esos ambientes. Un día que nos vimos, le comenté algo sobre Alberto Garzón, que por entonces empezaba a despuntar en Izquierda Unida.
-Está claro: van a elegir a algunos líderes del 15-M y el propio sistema los va a aupar, como última medida para salvarlo. Es lo que siempre ha ocurrido -me dijo, con la seguridad con la que habla un activista con «el culo pelao».
Y acto seguido me hizo una detallada descripción de lo que más tarde ha sucedido: tened en cuenta que en ese momento ni siquiera «existían» Pablo Iglesias o Ada Colau.
Hace semanas que quería comentar esa profecía del filósofo castellano pero hoy he encontrado el momento propicio, tras leer una serie de estupendos artículos que el filósofo castellano ha dedicado al fenómeno «Podemos«. Únicamente discrepo de su radical crítica a los regímenes venezolano y boliviano; en lo demás, estoy bastante de acuerdo, aunque tengo mis matices. Creo que el fenómeno «Pablo Iglesias» está siendo bastante beneficioso, hasta el momento.
Sinceramente, yo creo que Pablo Iglesias es un buen chaval y que tiene nobles ideales, sus intervenciones sobre la nacionalización de las empresas públicas privatizadas, pertenecientes a sectores claves, y sobre todo lo referido a los medios de comunicación, son «de cajón»: necesarias.
El problema, por supuesto, y en eso coincido con Félix, es con qué valores o principios morales vas a gestionar esas empresas una vez que retornen al pueblo (o más bien, al Estado).
El problema con Pablo Iglesias, Alberto Garzón o Ada Colau es que son hijos del Estado, de sus subvenciones y de hecho trabajan para él: han sido criados en sus universidades con las ideologías que el propio Estado ha generado en los últimos siglos y, por tanto, son incapaces de ver, de imaginar algo NUEVO. Algo radicalmente nuevo. No, algo generado por ideologías del siglo XIX.
Porque, queridos Pablo, Alberto y Ada, el problema al que nos enfrentamos no es qué va a pasar con nuestras pensiones (que también) ni las elevadas tasas de paro (que también) ni la corrupción como forma de gobierno (que también): el Ser Humano está viviendo la transición hacia una Nuevo Mundo en el que hay que replantearse el papel de las máquinas y la tecnología frente a nuestra Naturaleza, y cómo todo ello afecta a las relaciones humanas. Para salir de este agujero hace falta un análisis PROFUNDO de la situación, y no valen ideologías del siglo XIX porque el mundo ha cambiado radicalmente desde entonces (pero no el Ser Humano, ojo, el Ser Humano es el mismo, por muchos récords de atletismo -dopados- que nos cuenten).
Lo peor de Alberto y Pablo no es su formación estatalista-comunista sino el tonillo de su forma de hablar y la jerga que utilizan (la de los ingenieros sociales), que delatan que están imbuidos de la «onda de forma» del político: es decir, que funcionan y analizan en base a la realidad impuesta por los propios medios de comunicación del sistema (incluidos diagonal y kaosenlared, claro). Funcionan con su misma mente, la mente materialista. Por poner un símil, ellos están en 1491 intentando arreglar la crisis abierta con la» reconquista de la península ibérica», sin imaginar que existe otro continente llamado «América». [Contacto ET].
Como bien dice Félix, únicamente hablan de dinero, de economía, señal de que la Libertad les importa una mierda: y ello es así porque, al ser ateos, no creen en el espíritu, y al no creer en el espíritu, no creen en el Yo, y al no creer en el yo, tampoco creen en el Ser Humano, y si no creen en el Ser Humano, al final acaban necesitando un Estado fuerte que inunde las relaciones humanas pues, como digo, quien no cree en Dios (salvo contadas excepciones) tampoco cree en el Ser Humano.
¿Le habéis oído hablar a Pablo Iglesias alguna vez de la Libertad? Jamás, ¿verdad?
Yo sé que muchos de los que seguís mi web (sobre todo mujeres) vais a votar a Podemos, y de hecho yo calculo que el 40-50% de sus votantes son conspiranoicos y/o espirituales, y que de poco va a servir que os avise de lo que va a suceder. Sin embargo, acabaréis viendo la faz que el Sistema sacará del hoy angelito Pablo Iglesias, al que ya han comenzado a cortarle las alas a base de una brutal campaña que, por otra parte, no ha hecho más que aumentar su popularidad (¿no lo estarán haciendo a posta?).
Queréis ilusionaros y estáis en vuestro derecho: yo también considero que en estos momentos Pablo Iglesias está moviendo las fichas del tablero y su acción está siendo bastante positiva.
Sólo os digo una cosa: no bajéis la guardia ni anuléis vuestro espíritu crítico para descubrir las incoherencias y contradicciones del nuevo «Felipe González».
¡Recordad cómo nos engañaron con el gran estafador sevillano!
Nada cambiará realmente hasta que no hablemos de Libertad, de Justicia, de Armonía, de Belleza y, sobre todo, de la Verdad y del Bien.
El jueves a las 20 horas estaré hablando de estos principios en el Mercado de las Dalias, en Ibiza.