Obra Maestra. Si los grafitis se quedarán en los museos, este debería ser el testido una época que fenece.
No se puede expresar más en menos espacio y con mayor exactitud y emoción.
Lo podéis ver, hasta que lo borren, si pasáis por la calle Magdalena de Madrid, a medio camino entre las plazas de Tirso de Molina y Antón Martín.