El día ya estaba tocado por los «hados» desde el amanecer.
Porque después de unos días de viento, lluvia, nieve y un frío desconocido por estos parajes, el día «H» amaneció deslumbrante en la isla de Mallorca, con un paisaje tan desacostumbrado como ver las montañas repletas de nieve a lo lejos… y delante las palmeras.
Después de unos días de convivencia, el equipo que hemos sacado adelante el Primer Congreso Conocimientos para un Mundo Mejor había generado unos lazos que, creo, la gente notó al llegar. Habíamos creado un «egregor positivo».
Personalmente, estaba tan contento por el éxito de público (llenazo y hubo poquita gente que se quedó fuera) que disfruté desde el primer momento y el enorme orgullo de presentar a gente a la que admiro profundamente como Félix Rodrigo Mora y Josép Pámies creo que se notó.
Como dije en la presentación, cuatro represaliados por decir la verdad nos íbamos a unir en un escenario. Algo grande estaba a punto de suceder.
De Félix ya hemos hablado largo y tendido en esta url, por lo que el fenómeno Josep Pàmies merece que me detenga unos minutos. Un campesino que vende 20.000 ejemplares de su libro y congrega multitudes de 400 y 500 personas entregadas a su sabiduría de la naturaleza rebasa la categoría del ámbito «conspiranoico-alternativo» y se convierte en un fenómeno social, un acontecimiento.
Desde la otra vez que le vi (hace como 4 o 5 años), Pàmies ha crecido como conferenciante y persona y se ha soltado por completo, de manera que ahora hace bromas, se indigna y se apasiona con el mix que ha hecho de medicina natural y denuncia social, de manera que se explica el rotundo éxito que está cosechando: a cambio de frecerte uno de los mayores tesoros (curarte de manera natural) está denunciando sin paliativos la injusticia en la que vivimos. Todo ello sin perder su humildad y bondad natural, de hombre de pueblo, pero unido a una valentía para enfrentarse a las estructuras con temas como el MMS, la estevia o la marihuana. Y todo ello por amor a su hijo; por eso se iluminó.
Bello.
Como digo nuestro Félix Rodrigo fustigó la comodidad y el amodorramiento generalizado de la población y les exhortó a la frugalidad y la valentía y la dignidad como atributos del ser humano que se autoconstruye. El hombre recio y castellano.
Y después de mi intervención, llegó el juez Elpidio Silva, después de una serie de vicisitudes ocurridas desde su llegada que, si no supiéramos lo que sabemos que el sabe, podrían parecer casualidades del destino pero todos sabemos que los GPS se pueden hackear y las fuerzas de la oscuridad pueden organizar pequeñas «putaditas» para ponerte nervioso y que sepas que «están ahí».
Bueno, pues el juez Silva llegó casi al final de mi ponencia, lo cual hizo que me pusiera un pelín nervioso porque, para ser completamente honesto, yo quería que él me conociera y se comprobara si estamos en la misma onda.
Total, que cuando ya casi se me estaba acabando el «rollo», lo alargué un poco más (sin guión, por supuesto), también un poco para conectar y servir de introducción para su ponencia que, por supuesto, era la más esperada.
Y ahí que llegó el señor Juez.
Y lo que ocurrió fue algo alucinante.
Resultó que el granadino Elpidio Silva, es un tipo graciosísimo, con una labia tremanda, e incluso dotes teatrales, de manera que lo era la explicación de uno de los grandes robos de la historia se convirtió en un divertidísimo «monólogo» (en el sentido actual) que nos dejó a todos… epatados.
Dijo tantas cosas a diferentes niveles de comprensión que habrá que escuchársela bien para analizar la profundidad de su exposición.
Un detalle: como digo, el no vio la mayor parte de mi charla pero dijo cosas que yo había dicho minutos antes. Y, de hecho, los cuatro ponentes coincidimos en muchas cosas, sobre todo, en el peligro de la especialización y en reinvidicar el saber como un todo, holístico.
Elpidio habló del eneagrama (referido a España y el miedo), explicó el miedo que se vive en el estamento judicial, en la sociedad en general, reconoció que en la trama investigada aparecía el nombre de Aznar relacionado con el tráfico de armas, contestó a una pregunta sobre el holocausto (a causa de un comentario suyo recriminando la muerte de 4 millones) señalando que había leído un libro de un judía que reconocía la manipulación de este hecho, en el que colaboraron una parte de los propios judíos y, a una pregunta de un servidor, se mostró muy interesado por el tema de la energía libre y vino a decir que el problema de la prohibición viene cuando se patentan los inventos.
En fin, muchísimas sincronías y contactos que se irán desarrollando con el paso del tiempo y una alegría tan grande que ya nos hemos puesto a pensar en el siguiente.
En unas semanas espero que estén los vídeos editados.
PD. Hubo una pregunta que no me atreví a hacer al juez Silva y es si le diría que sí a Podemos si le ofreciera ser Ministro de Justicia. Un amigo se la hizo y respondió que sí.