Atención a esta noticia, aparecida en el diario «Economic Times». En ella se afirma que el médico que atendió a Bhutto cuando llegó al hospital, ya muerta, afirma que unas balas no pudieron ocasionar el destrozo que tenía en la cabeza. El doctor Mussadiq Khan afirma que tanto la explosión como las balas fueron cortinas de humo para esconder la utilización de un arma más sofisticada en el asesinato de Bhutto. Ni los talibanes-Al Qaeda, ni ningún grupo terrorista posee tales armas, así pues, los asesinos de Bhutto se encuentran a otro nivel, como ya afirmé el mismo día del asesinato. La noticia está en inglés pero la podéis traducir con el traductor de la barra de google.
Dicho esto, me permito reseñar el extraordinario paralelismo entre el atentado de Pakistán anterior a las elecciones y el del 11-M en Madrid, España. Al principio, mientras se creyó la versión oficial, el gobierno quiso mantener la fecha de las elecciones «para no dar la razón a los terroristas», es decir, porque su versión les iba a proporcionar la adhesión popular. Cuando la gente empezó a dudar de ella, el gobierno, tanto en España como en Pakistán, decidió cambiarlas de fecha. ¿La razón? Lo iban a pagar en las urnas; les habían pillado mintiendo. Musharraf lo ha conseguido, Aznar no.