Anda uno en estos días, observando las discusiones de los partidos políticos españoles sobre cómo resituarse a la luz de las previsiones de las encuestas, particularmente Podemos, tras la irrupción del partido Ciudadanos, cuya víctima colateral ha resultado ser Juan Carlos Monedero.
«Centralidad», «Moderación», «socialdemocracia», «más izquierda» o «menos izquierda»…
A uno le parece que no ha salido del siglo XX cuando tiene que leer todos estos ajados conceptos que no han sido más que eufemismos y tomaduras de pelo para escenificar la pérdida de la libertad y la dignidad del Ser Humano.
Porque, a fin de cuentas, los conceptos de izquierda y derecha no han sido más que la aguda estrategia del poder para dividir a la especie humana, evitando hablar del Bien y del Mal.
¿Algún votante de la llamada izquierda o la llamada derecha se podrá oponer al primer político que evite ponerle etiquetas ideológicas a su tarea de gobierno, fundamentándola en la búsqueda del Bien Común de la sociedad, basado en la Verdad y la Justicia?
¿Que son decisiones radicales? Si son necesarias, ¡bienvenidas sean!
Ahora bien, no confundir con las decisiones extremistas, que son las que se toman para llevar la contraria a sus enemigos ideológicos en base a un odio ancestral; ¡esas sí que serán rechazables y, por tanto, generarán rechazo entre una parte de la población!
Lo que está bien, genera bienestar para la comunidad; lo que está mal, la estresa y la degrada.
No hay más: dejad de mirar a un lado y a otro para saber dónde estais porque eso es señal de que no sabéis lo que está bien y lo que está mal. Si lo supiérais, entonces no os importaría si es «de derechas» o «de izquierdas» porque la noción del Bien y Justicia está por encima de esta grandísima tomadura de pelo.
Ese es el único camino para la redención del Ser Humano.