El Yogui más popular de la India acepta el desafío de demostrar que el Yoga puede curar el cáncer
Nueva Delhi, 14 ene (EFE).- Defensores y críticos de la medicina
tradicional en la India se aprestan para una nueva batalla «científica»,
tras la promesa del Yogui más popular del país de demostrar en tres años
que el Yoga puede curar el cáncer.
«He curado a cientos de pacientes y he presentado los registros médicos
de 35 de ellos en el hospital AIIMS (de Nueva Delhi)», dijo
recientemente el yogui, conocido como «Swami» (maestro) Ramdev, en una
conferencia pública frente a su «rival», un panel de miembros de la
Asociación Médica India (IMA).
El «Swami» Ramdev es casi una institución en la India gracias a un
programa de televisión de audiencias millonarias en el que, ataviado con
una túnica naranja, enseña posturas del yoga al tiempo que publicita los
productos de su imperio farmacéutico.
Ramdev asegura -por la tele y por la red- que su técnica de ejercicios
respiratorios, conocida como «pranayama», cura o alivia la hipertensión,
la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, los herpes o la caída
del cabello.
Pero lo que ha soliviantado los ánimos de los doctores indios es la
insistencia del «swami» respecto a la capacidad del yoga para curar los
tumores de sangre, garganta, mama, glándulas pituitarias o próstata.
«No es una cuestión de fe. Hay estudios. Las células cancerosas mueren
en un ambiente oxigenado. Y mediante el yoga, el cuerpo humano
multiplica por diez la cantidad de oxígeno disponible, con lo que el
cáncer se cura», relató a Efe el portavoz del yogui, S. Tigarawala.
La polémica del yoga y el cáncer nació de unas declaraciones de Ramdev
la semana pasada, en las que aseguró que la ciencia médica moderna está
basada en la ignorancia y que los médicos se proponen en realidad
mantener a la gente perpetuamente enferma.
«Creemos que esas reivindicaciones pueden dañar a la sociedad. No se
debe llamar al engaño de este modo. Ramdev está haciendo un buen trabajo
con el yoga, pero tiene que ser responsable y saber que muchos de sus
seguidores creen sus palabras de forma ciega», dijo hoy a EFE el
presidente de la IMA, Ashok Adhaoo.
Aunque Ramdev se defendió luego diciendo que él mismo recomienda la
medicina convencional para casos de tumores extensos, bloqueos
arteriales, la malaria o la tuberculosis, sus declaraciones le han
granjeado la antipatía del gremio médico.
«Le hemos pedido que deje de hacer declaraciones falsas o, de otro modo,
tendrá problemas», amenazó Adhaoo, que no tiene objeción, por otro lado,
en reconocer las bondades del yoga como un medio de mejorar la calidad
de vida.
«Estoy de acuerdo -dijo el yogui- en que no hay una alternativa a la
ciencia médica moderna para situaciones agudas o accidentes. Lo que hago
es señalar que, como cualquier otro sistema, también tiene sus
limitaciones».
Aprovechando esas limitaciones, Ramdev se pasa la vida acudiendo a
campamentos de yoga, donde cientos de personas levantan las piernas al
compás sobre el tapiz mientras el «swami» les cuenta las bondades de sus
tratamientos medicinales, que van desde las hierbas hasta la orina de
vaca.
El éxito del yogui se basa en la fusión de la tradición milenaria del
yoga con las supersticiones presentes en buena parte de la India, donde
muchos acuden todavía a santones, se santiguan con la futurología o
creen en las propiedades mágicas de las gemas.
Ramdev acompaña la mezcla con la tribuna de su programa de televisión,
donde el barbudo «swami» agita su estómago a toda velocidad y clama
entre bromas que todo se lo debe al yoga, ante la mirada atenta de
millones de indios que acompasan su respiración mañanera al «pranayama».
Seguidores y críticos de las terapias del yogui tendrán que esperar
ahora tres años para saber cuál es el verdadero lugar de su maestro,
aunque el ministro de Sanidad, Anbumani Ramadoss, no ha esperado tanto y
ha calificado en el pasado de «basura» las posiciones de Ramdev respecto
al cáncer.
«Lo de curar el cáncer no nos lo creemos -concluyó el doctor Adhaoo- Así
que tendrá que probarlo. Hemos propuesto a Ramdev que aplique su remedio
a sus pacientes, que permita pruebas clínicas de sus métodos y que nos
dé un informe en un plazo de tres años».
Y Ramdev está en ello.