Esto del Juicio Final es así de sencillo: cada cual queda retratado tal como es. Todo queda meridianamene claro en estos tiempos que corren y aquella careta que había mantenido se le cae irremisiblemente.
Ved la noticia que publica el «periodista» del diario El País sobre la declaración de Mohamed Al Fayed acerca de la muerte de su hijo, Dodi, y su novia, Diana de Gales. No voy a hacer más comentarios para no condicionaros salvo recordaros que el apellido «Openheimer» pertenece a una prominente familia de banqueros judíos, uno de cuyos miembros participó en la creación de la bomba atómica. La noticia se titula «Al Fayed acaba con la teoría de la conspiración: El testimonio del millonario pone en duda la teoría del asesinato de Diana». Ahora, leed.
Resulta que hay un pintamonas español, llamado Alejandro Sanz, que no sabe más que lloriquear con sus canciones y aprueba el impuesto privado de los soportes digitales, un millonario de «izquierdas» que ha puesto a parir al presidente de Venezuela. Bueno, pues ahora salen otros pintamonas, más grandes todavía, y más lloricones, mejicanos éstos, llamados «Maná» y se suben al carro de los «justicieros millonarios» contra los que se levantan ante el Imperio. Luego, hay otra insufrible insustancial, que cantaba en un grupo que dormía a las ovejas, «Presuntos Implicados», llamada Sole nosécuantos que dice que «El canon es un derecho social, un avance». Ya sabemos quien puso ahí a tanto lacayo del Poder, paniaguados y superficiales. Ya sabemos quién colocó en esas posiciones a las personas que menos tienen que decir.
No es que la tuviera en mucha estima, pero Sharon Stone se ha subido al carro de los que dudan de la versión oficial del 11-S. Parece que ahora empieza a estar bien visto…
A mí lo que me gustaría es que alguien se atreviera a hablar de lo que le confesó Rockefeller a Aaron Russo sobre el movimiento feminista. En español…
