Una de las -pocas- cosas que me hacen reír a carcajadas en mi vida sedentaria son las sincronías en mi vida y las premoniciones que llegan a mi cerebro.
Hace cuatro días, en la estación de autobuses, me encontré con un ejemplar del periódico La Vanguardia. Nunca me compro el diario, por razones obvias, pero cuando me encuentro uno, le echo un vistazo, para decodificar noticias. Caí en la de crítica de cine y me encontré con una que me llamó la atención. El «crítico» Jordi Battle Caminal se hacía un grandísimo lío al hablar de «Un juego de inteligencia»: venía a decir que la película podría haber sido un peliculón si no llega a ser porque el director ponía a parir la telebasura y, encima, «se atrevía a proponer lo que está bien y lo que está mal». Rápidamente, me di cuenta (porque conozco a unos cuantos críticos de cine) que sus críticas están hechas en función de su propia escala de valores. Deduje (por «sentido contrario») que la película desenmascaraba los códigos de la Mátrix y eso al crítico le hacía cuestionarse sus propias creencias y por eso la ponía mal.
Conclusión: HAY QUE VERLA.
Hoy, una lectora me dice que en la peli hay una pildorita de David Icke. Ya está. Acertaste, Rafapal. Más abajo, el tráiler de la película y aquí, otra crítica. Seguidamente, el link para verla por Internet. Como digo, no la he visto, pero estoy seguro de que merece la pena.
