Sí, ya sé que Iker Jiménez dedicó anoche un especial (conspiranoico) a la muerte del aclamado Félix Rodríguez de la Fuente. Por una de esas sincronías divinas, a mí también me dio hace meses por investigar su temprana muerte y me encontré (como parece que señaló Iker) con la extraña avioneta que no debía haber cogido (cosa que le sucedió a rockeros de muerte trágica, como Buddy Holly o los Lynyrd Skynyrd), pero sobre todo, hubo algo que me llamó mucho la atención.
Tan sólo seis días antes de su muerte, el naturalista Félix Rodríguez de la Fuente había presentado un documento ¿político? titulado Estrategia mundial para la conservación de los recursos vivos y el logro de un desarrollo sostenido, que suponía el emerger de un potencial sujeto político de una envergadura incuestionable.
Si Félix Rodríguez de la Fuente hubiera estado vivo, Greenpeace no hubiera tenido nada que hacer en España porque él hubiera sido el líder ecologista y, potencialmente, y si hubiera querido dedicarse a la política, hubiera -literalmente- arrasado porque era un auténtico héroe, un líder de masas, que se ganó a varias generaciones de españoles que le hubieran votado casi con total seguridad.
Así pues (desconociendo los detalles sobre su muerte que relató Iker en su programa) el momentum de su muerte se parece muchísimo al de las estrellas de rock que murieron justo cuando se convirtieron en activistas políticos (muy pronto, más info).
PD: Tampoco me parece baladí la herida psicológica infligida a los niños de mi generación cuando nos robaron al «amigo Félix», con aquella canción de Enrique y Ana que nos hizo llorar a moco tendido. ¿Os acordáis?