Media — 12 octubre, 2015 at 4:54 pm

Análisis psicoanalítico del baile de Bardem y Penélope con Bono de U2 en el concierto de Barcelona: humillación ante el Templo de Marduk

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Primero Jim Carrey, después Enric Corbera y ahora, Penélope Cruz y Javier Bardem: parece que la verdad emerge por encima de las caretas de los esclavos del Templo Babilónico de Marduk…
Esta mañana me dicen que tengo que ver el vídeo de Javier Bardem y Penélope Cruz bailando en el concierto de U2 en Barcelona: «no veas qué ridículo», me dice un tocayo. Dado que últimamente se ha puesto de moda que los político españoles (Miquel Iceta, Soraya Sáenz de Santamaría) aparezcan bailando para ganar simpatías, me espero algo parecido: una «monería más». Pero no. Esto es mucho mejor.
Encuentro el vídeo en YouTube y lo que veo (lo que vais a ver) es a Javier Bardem haciendo de «gogó ultragay», aderezado con una «boa», tratando de poner caliente a Bono, líder de U2, hasta que se pone de rodillas, en una clara representación de ese «acto» tan usual en el mundo del espectáculo y que no voy a pronunciar abiertamente porque todos sabéis lo que es y lo que significa: sumisión. En esto que aparece en escena Penélope, vestida de «conejita del Playboy» y con una peluca típica MK Ultra que representa la doble personalidad del Programa Monarch, escenificando la sorpresa de una mujer cuando ve a su marido envuelto en un acto homosexual, le señala con el dedo y le manda «p’a casa».
Dado que la canción se llama «Misterious ways» («De maneras misteriosas»), busco la letra y me encuentro con unos versos que se relacionan fácilmente con el acto final de sumisión de Bardem (Si quieres besar el cielo, mejor aprende cómo arrodillarte) y otros versos finales, de connotaciones espirituales «del lado oscuro» que coinciden con la entrada de Penélope en escena (Muévete, el espíritu te mueve. Muévete, el espíritu te está moviendo, oh sí. ¿Te mueve? Ella se mueve con él. Levanta mis días, enciende mis noches, oh).
Y ahora, la gran pregunta: ¿a qué se debe esta inusual performance de Penélope y Bardem ante un «gran sacerdote» de la orden babilónica como Bono? (recordemos que hace pocos años estuvo a punto de ser nombrado director del Banco Mundial).
Está claro que Bardem está interpretando el papel de la sumisión «poniéndose de rodillas» ante este representante de la orden Iluminati, y que a Penélope le toca jugar el papel de esclava sexual (que es lo que son las conejitas de Playboy) pero al mismo tiempo, «dominatrix de su esposo»… cosa que, si recordáis, es de lo que les acusó el padre de Angelina Jolie, Jon Voight, cuando la pareja española firmó un manifiesto en contra del Estado de Israel. En aquella ocasión, Voight, que actuó como portavoz del poder sionista de Hollywood, les conminó a agachar la cabeza y pedir perdón al pueblo de Israel, cosa que parece que es lo que han hecho en esta humillación pública a la que les han sometido.
En otras palabras; que Israel ha hecho que Penélope y Bardem se pongan sexualmente de rodillas (de ahí que aparecieran en la canción) ante el poder que maneja el mundo cinematográfico.
PD: Muchísimas cosas de este tipo en el nuevo libro «El asesinato de la música».