Hace ya años, recomendé a una buenísima amiga que andaba desanimada con su perspectiva profesional, que indagara en la Biodescodificación; no en vano muchos años antes yo mismo había previsto que las ideas del doctor Hamer con respecto al origen emocional de la enfermedad se materializarían algún día en una técnica para sanar algunas enfermedades desde el punto de vista psicológico. O sea, que cuando me enteré de la biodescodificación, me pareció un camino lógico y esperanzador. [Yo fui quien proyectó por primera vez en España la película «Y tú qué sabes», que me traje de un viaje a Brasil y la recomendé a una distribuidora. Estoy hablando del año 2004: siete años antes de que Corbera hablara de todo esto, yo ya había publicado varios artículos en la revista Año Cero sobre la biología cuántica].
Un buen día de hace dos años, decidí ir a ver una presentación pública que mi amiga hacía junto a otros dos «recién licenciados» de la Universidad del señor Corbera. Me quedé anonadado de la rapidez con la que se resolvían las cuestiones de los allí presentes como si tuvieran una varita mágica, pero sobre todo, me indignó la manera en la que a una mujer (¡con su hija de 19 años delante!) se le instaba a separarse de su marido cuando ésta les inquiría por un simple malestar emocional. ¡Tras únicamente cinco minutos de superficial conversación!
Dado que acababa de publicar el libro «Ingeniería Social para destruir el Amor», la respuesta que estos aprendices le dieron a esta señora me molestó mucho, sobre todo porque tomó el consejo de estos «aprendices de Corbera» como si fuera la sacrosanta palabra del Señor. ¡Jamás sabrá el marido de esa señora que su penoso futuro se gestó en apenas cinco minutos de conversación con estos, como digo, aprendices de Corbera! Aunque tampoco creo que sea desdeñable destacar que los tres ponentes habían comenzado su charla de una manera muy sincera, contando cómo los tres provenían de familias rotas. El propio Corbera también ha reconocido sus propios problemas con sus padres.
Ejemmm.
Aquel fue mi primer contacto directo con el «método Corbera». Más tarde, entre tanto viaje por España conectado con este mismo ambiente, me han contado muchos casos, algunos de ellos dantescos, y los he callado hasta ahora; los he ido guardando hasta tener suficientes datos para sostener mi postura con fundamento.
Por ejemplo, me contaron de una señora con cáncer a la que el señor Corbera sugirió que se separara de su familia como método para curarse… y acabó muriendo de la manera más triste y cruel. Sola.
Hoy me ha llegado otro grupo de Facebook que abunda en el mismo remedio Corbera para el cáncer: aislarse de la familia.
Así fue como me he dado cuenta de que lo que vi aquel día en la exposición de mi amiga no había sido una excepción sino el corazón del «método Corbera»: arreglar un incendio con gasolina. El conocimiento que Christian Fleche tomó del Doctor Hamer y que Enric Corbera robó miserablemente apropiándose de la marca «Biodescodificación» sin nombrar a su maestro se ha convertido hoy día en la herramienta en manos de un monstruo sin sentimientos. Un tipo para el que un ángel es lo mismo que un demonio, como reconocía el otro día, razón por la cual (y esto es sumamente importante) el daño que sus consejos puedan causar a la familia del paciente ¡y a él mismo! ¡le importan una mieerda! ¿Cómo le van a importar si, en su mente, un ángel es lo mismo que un demonio? ¡No es consciente del bien y del mal!
Y ahora, tras años siguiendo el fenómeno Enric Corbera puedo decirlo con seguridad: este señor ha pervertido, corrompido, simplificado, manipulado y retorcido unos cuantos conceptos verdaderos de la biología cuántica y el doctor Hamer para ponerlos al servicio de un diabólico ex miembro del Opus Dei reconvertido en guru New Age que DESCONOCE LA DIFERENCIA ENTRE EL BIEN Y EL MAL (como él mismo reconoció en la charla que puse el otro día).
Que haya personas que pongan su salud en las manos de un tipo que no diferencia el Bien del Mal es, de por sí, absurdo (pues la enfermedad es un mal en sí misma), pero tras conocer la fobia manifiesta que el señor Corbera tiene por la familia, ha llegado la hora de decir adiós a este señor y señalarlo como un peligro para la sociedad. ¡Aún reconociendo que ha ayudado a extender algunos conceptos de la cuántica, ojo!: aunque en sus charlas maneje algunos conceptos verdaderos el uso que está haciendo de ellos y la completa deshumanización de su manera de ver la vida es propia de una persona CON UNOS GRAVES PROBLEMAS PERSONALES, como él mismo ha reconocido, con la familia. Unos problemas que proyecta en sus pacientes, instando a autodestruir sus vidas con sus consejos, propios de un ser perverso y amoral.
Señoras y señores, pidiendo perdón por haberle recomendado a varias personas, he de rectificar públicamente para confesarlo: Enric Corbera es un fraude. Por mucho que pueda acertar en algunas cosas (a través de conocimientos que robó de su maestro), el peligro que entraña su PERVERSIÓN ESPIRITUAL hace que haya que ponerle a él mismo, EN CUARENTENA, porque un espíritu desorientado produce una mente desequilibrada, amoral.
Estoy seguro de que en los próximos meses nos vamos a enterar de muchísimas personas damnificadas por este señor. Y aparecerán en esta web.
