Parecen enzarzados en una global llave de judo que impide a ninguno moverse, ni adelante, ni hacia atrás. Los resultados de las últimas elecciones, tanto las autonómicas catalanas como las estatales, han llevado a todos y cada uno de los partidos a encontrarse con sus propias contradicciones, y a su vez, a la ingobernabilidad a cada una de las instituciones.
Sin duda, es un espejo de las propias contradicciones en las que vive la ciudadanía española.
Vayamos partido por partido porque nos podemos reír un rato.
1-Convergencia i Unió, más tarde Convergencia sola, y más tarde, Democracia y Justicia.
La sátira de Artur Mas disfrazado de punki que tanto está funcionando por las redes sociales es un buen ejemplo de al punto al que ha llegado el partido de la burguesía catalana, empeñado en huir de sus flagrantes corrupciones proponiendo la independencia de sus pueblos hermanos, que ha acabado «acostándose», primero con los socialistas de ERC, y más tarde, intentándolo ¡hasta con los anarquistas de las CUP! Así, ERC ha acabado fagocitando a su «benefactor» (el partido que generó, a través de la educación, a sus hijos independentistas de las CUP y ERC) y obligando al partido de Pujol a renunciar a sus siglas, a su partido, a su nombre, y en breve, hasta a la presidencia. Elecciones anticipadas catalanas casi seguras.
2-Su gran enemigo, el PP de Fraga y Aznar, saboteado desde dentro por Soraya Sáenz de Santamaría (casi segura «fontanera» de la exposición pública de la inmensa corrupción en su partido) ha resultado seriamente dañado de las últimas elecciones. Tanto, que José María Aznar acudió a la última reunión de líderes, tras 4 años sin aparecer, consciente de que la deriva autodestructiva del PP podría sacar a la luz corrupciones mucho más importantes que las que han aparecido y que le tocarían de lleno. Sin posibilidad de gobierno más que con un pacto con PSOE y Ciudadanos que acabaría perjudicándole a corto plazo, lo lógico es que acabe siendo absorbido por el partido de Rivera en un corto espacio de tiempo.
3-Izquierda Unida: prácticamente devorada por sus hijos díscolos, Podemos. Con sólo 2 diputados, la izquierda comunista del siglo XX está a punto de desaparecer. Marx ha muerto (por fin), aunque Freud sigue vivo (lamentablemente).
4-El partido de Rosa Díez, UPyD, desaparecido por negarse a una coalición con el partido de Rivera.
5-Bildu/Herri Batasuna. Casi absorbidos por Podemos: la manera más elegante de reciclarse para dos generaciones de vascos que fueron engañados por el propio Estado, que era quien gobernaba de verdad ETA (véase asunto Bar Faisán).
6-Esquerra Republicana de Cataluña. «Obligados» a renunciar a sus señas de identidad izquierdistas y a cambio, aliarse con su enemigo burgués, Artur Mas, para conseguir la independencia, se han embarcado en un camino sin retorno, toda vez que las cuentas no salen y, a cambio, las CUP y Podemos les roban el electorado izquierdista. Se han metido en un callejón sin salida: no se pueden mover hacia adelante ni tampoco retroceder.
7-El PSOE. En los últimos días, les están dando duro tanto por la izquierda, como por la derecha: la sensación es que Pedro Sánchez tiene las horas contadas: si pacta con Podemos se le rebelan los «barones regionales» con Susana Díaz dispuesta a fagocitarle, si pacta con el PP, Podemos acabará por fagocitarle en unas elecciones anticipadas, y si permanece en la oposición, Podemos acabará fagocitándole en unas elecciones anticipadas. ¿Pronóstico? Podemos acabará fagocitándole en unas elecciones anticipadas.
8-Ciudadanos. Su bajón en los días previos a las elecciones se debió, evidentemente, a que transigió con el PP, lo que hizo que muchos de sus probables votantes, ante esa tesitura, votaran a Podemos («queremos algo nuevo») o al propio PP («si estos son iguales: ya puestos…»). Su único aval es la creencia en una España unida, pero su ignorancia sobre lo que está pasando a nivel internacional les acabará pasando factura, pues llegarán con el paso cambiado a los cambios que están por llegar.
Seguidamente entramos en el terreno de la izquierda alternativa, anarquistas y lo que «en tiempos» (hace seis meses) se llamó «antisistema», que sin duda es lo más divertido de lo que está ocurriendo ahora mismo. Evidentemente, porque los antisistema se han vuelto sistema, ¿y qué han hecho?
9-Pues resulta que los anarquistas catalanes acabaron haciendo lo que decían que jamás harían (intentando un pacto con el corrupto burgués Artur Mas) y llevaron el acuerdo a una asamblea general, como marcan los cánones anarquistas. ¿Cuál fue el resultado?
Pues después de tres votaciones en las que el pueblo llevaba la contraria a los líderes, rechazando el acuerdo para entrar en el sistema de la corrupción, en la última votación hubo un empate. Un empate a 1515.
Como te lo cuento.
Y ahí que se han puesto los periódicos digitales izquierdistas para intentar cuadrar el círculo y demostrar que sí, que es posible, que las leyes de la estadística no señalan al evidente tongo de los que se indignaban contra la corrupción hace dos días. Y claro, los antisistema se han vuelto la mofa de los que están dentro del Sistema: «sois como los demás».
Aquí terminó el movimiento antisistema español: estaban muy a gusto viviendo a la contra, pero en cuanto tuvieron que proponer, se vio que su unidad era sólo a través de sus enemigos. Propuestas para un mundo mejor, ninguna.
¡Ah, me quedan los de Podemos!
10-Cierto es que la situación les ha dejado en un lugar privilegiado, pero más debido a las mayores contracciones ajenas (llevan más tiempo en el poder) que en base a sus aciertos, pues su ambivalente postura respecto a España, acabará pasándoles factura: ¿cómo vas a poner de acuerdo a tus propias organizaciones territoriales si unas cuantas de ellas no quieren pertenecer a tu mismo país? O sea, que acabarán como Izquierda Unida, destruyéndose intestinamente. Jamás lograrán gobernar con la guerra de sexos como bandera (la mayor parte de la población volverá a votar al PP con tal de que no vuelvan esa locura de la política de género), pero a cambio hay que señalar que pueden jugar con el advenimiento del nuevo sistema monetario.
Y entonces, con este panorama de disolución, ¿qué queda?
Pues, evidentemente, si ninguno de los partidos del sistema (incluidos los ex antisistema) tienen propuestas reales para un mundo mejor, lo único que queda virgen es el Movimiento que tiene a la denuncia del Dinero-deuda, los ataques de bandera falsa y la supresión de tecnología y conocimiento como banderas.
Es decir, los llamados «conspiranoicos». La mejor noticia de que el sistema haya absorbido a los antisistema es que ya no queda más. Los siguientes en aparecer en la escena pública somos nosotros.
Y será muy pronto…
Lee la crónica de mañana…