Fue el pasado viernes, por la noche, mientras se estaba produciendo la rebelión en Egipto, si mal no recuerdo.
Por otro lado, supuestos papeles reservados afirman que Obama empezó a vislumbrar el final de los regímenes personalistas del mundo árabe el pasado verano.
Ya que estamos con secretismos, os cuento que ayer apareció, por fin, mi DNI. Si os acordáis, la policía autonómica catalana se quedó con él durante las movilizaciones de la reunión del Club Bilderberg y lo dio por perdido. Puse la correspondiente denuncia en la comisaría de Sitges y, hasta ahora. En agosto, en medio de un incidente con la policía nacional que estaba maltratando a un inmigrante, me detuvieron por no llevar el DNI y, en mi ficha policial, apareció el nombre «Rockefeller» (pronunciando por un policía).
Bueno, pues ayer, por fin, voy a hacerme el susodicho documento a la comisaría de al lado del Congreso, le entrego la denuncia de sustracción (a cuenta de la Policía, tiene narices) y la mujer hace un gesto cuando ve algo en el ordenador, se levanta, consulta con una compañera, se tiran un rato hablando…. ¡Y aparece con mi DNI!
Obviamente, pregunté indignado cuánto tiempo hacía que estaba allí, por qué no me habían avisado y, sobre todo, quién lo había enviado.
No hubo ninguna respuesta. No saben nada. Increíble, ¿verdad?
