Opinión y Noticias Externas — 28 abril, 2011 at 9:15 am

El tono de voz: una extendidísima vía del chantaje emocional

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Sé que muchos de los lectores de esta página se mueven en unos altos niveles de conciencia. Por eso, estoy seguro que, como yo, cada vez percibís más cómo hablando con muchas personas os sentís cansados y con falta de energía.
Son vampiros energéticos. Como sabéis, dado el trabajo que realizo, me encuentro con muchísimas personas, así que las tipologías se repiten hasta el punto que los veo venir a la mínima.
Hay algunos más evidentes, como el que no para de hablar y no te escucha cuando hablas tú, o el que sólo sabe contar penas, y sus penas son más grandes que ninguna.
Estos son muy claros, me interesan hablar ahora más algunos más sutiles.
Hay una tipología especialmente femenina que son las que exageran la dulzura de su tono de voz hasta envolverte en una atmósfera en la que no les puedes decir nada que pueda tocarlas, ninguna crítica. Este efecto llevado a sus extremos sería el típico tono gay, por todos conocido, y que deja a la gran mayoría de los homosexuales exhaustos de energía, de tanto buscar la aprobación y el contento del que les escucha. La categoría de la que hablo serían las «hiperadorables» o «gays femeninas». Aunque no lo tengo perfectamente pillado, creo que este tipo de personas odian cualquier tipo de confrontación y por eso suelen extraordinariamente afectivas y cariñosas, hasta llegar al empalago. Exactamente igual como el modelo dominante entre los gays.
Otro modelo muy extendido es el de la exageración. Exageración al relatar lo vivido, exageración emocional: parece que todo lo que les pasa a este tipo de personas es superexcitante. Lo he visto mucho entre los «pijipis» hipertatuados y, en general, y por lógica, creo que debe ser propio de las personas cuyas vidas les parecen muy poco interesantes o, directamente, son infelices. Por eso tratan de encontrar la aprobación en los otros, a base de exagerar sus vivencias. Por lógica, se deben descargar de energía fácilmente, uno no puede estar viviendo «al límite emocional» todo el rato.
Últimamente, tras pasar por el Buda’s Factory, me he dado cuenta de que la mejor forma de captar a estos vampiros inconscientes es darte cuenta cuándo les acompañas en su relato mediante automatismos como mover la cabeza o repetir «sí, sí», «claro», «ya, ya», «aha,aha..», «uh, uh…», etc.
Obsérvate a ti mismo: cada vez que repites estos automatismos lo haces para acompañar al otro en la conversación y la mayor parte de las veces, es porque su tono de voz y, sobre todo, sus gestos con los ojos y las cejas, te están «obligando» a que realices esos gestos. El otro quiere saber que lo estás escuchando.
Hay un gran número de personas cuya inseguridad hace que busquen la aprobación a su relato, chantajeándote con su mirada y el arco de tus cejas. De esa manera, se cuelan en tu hara-ombligo y te roban la energía.
Esto no le hace bien a esa persona, y a ti, menos.
Deja de jugar ese juego, deteniendo, desde ya, esas interjecciones cuando veas que el otro te está obligando subliminalmente a hacerlas y, sobre todo, respira desde el ombligo (mejor, con la boca) para impedir ese robo energético.
Te sentirás mejor, ya lo verás.
Os voy a poner un ejemplo, para que veáis más claro cómo el chantaje puede provenir hasta de personas que te quieren.
Cada mes, hay un número de personas, fieles seguidores de la página y gente que me quiere, que me escribe contándome de su web o algo que han visto en Internet y me piden que lo ponga en mi página.
Es decir, por el hecho de que me quieran, yo me tengo que sentir obligado a poner algo, socavando mi libre albedrío.
Mi respuesta es invariable: yo no hago favores con la página. Pongo lo que siento. Y la razón que les doy siempre es la misma: si yo pusiera lo que me pides por hacerte un favor, ¿qué valor tendría mi web? ¿y qué valor tendría para ti verte en una página que te publica algo por… lástima?
Vamos a dejar de chantajearnos, aunque sea subliminalmente.
Buscar el apoyo cuando nos sentimos mal es algo humano pero jugar al chantaje demandando la atención por medios subliminales es algo que nos degrada… a todos.
¡Energía Libre, ya! Basta de vampirismos.
Otro día sigo con más tipologías.