Opinión y Noticias Externas — 5 septiembre, 2007 at 10:58 am

El soniquete de los periodistas de televisión

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Seguro que muchos os habréis preguntado por qué todos los periodistas y locutores de una cadena hablan igual, con el mismo soniquete, con el mismo tono: ¿verdad que sí? Da igual el país en el que te encuentres, no hablan como la gente de la calle sino como si los hubieran dado cuerda (nanánaananana-nananánanananana). Muchos pensaréis que les dicen que hablen con ese tonillo, pero nada más lejos de la realidad.

Veréis, nada más terminar la carrera de Periodismo, hice un curso de especialización en “presentador de televisión” del Instituto de empleo madrileño y pasé las pruebas para entrar en Telemadrid. Imaginaos la emoción que sentí, la oportunidad para cambiar cosas, el poder que uno siente… Bien, fui el primero de todos los compañeros que entramos en publicar una noticia con mi nombre y mi voz (otro día os cuento lo que descubrí). El caso es que me llegó la oportunidad de leer la noticia (te metes en una cabina, donde lees el texto que has escrito y luego lo “cubres” de imágenes en la cabina de montaje). Cuando llegó el momento, recordé lo que me habían dicho en el curso y procuré leerlo con buena entonación pero “SIN CANTAR”, norma número 1 del periodismo televisivo, y la cosa que más odiaban los buenos profesionales que nos habían enseñado.

Cuando vi mi noticia, supe que tenía que mejorar mucha timidez pero me quedé bastante contento de que no estaba tratando de imitar a nadie, aunque me di cuenta de que sonaba diferente. A las pocas semanas, mis compañeros comenzaron a montar sus noticias y, poco a poco, la mayoría comenzó a imitar el tono de la cadena y acabaron leyendo las noticias como el resto. Les fue muy “bien”, por cierto (hasta que llegó Esperanza Aguirre, claro).

Mi paso por Telemadrid fue frustrante; no conseguí mostrar las realidades que creía que eran importantes (insumisión, ocupación) y me mandaron a trabajar de madrugada (donde estuve año y medio) en algo así como un destierro. Hoy veo a muchos de mis ex compañeros, en la tele, y sé que fue lo mejor que me podía pasar.

No encajaba allí. Había estado dentro de MÁTRIX, quisieron convertirme en un SEÑOR SMITH y no pudieron conmigo.

Hoy me doy cuenta de que el tono de voz expresa muchas cosas; escuchad a la gente como habla. Hablar como lo hacen los demás es señal de que has renunciado a tu Ser, de que te has robotizado, de que te han anulado, en España se llama a este tipo de gente “pijos”, es decir, insustanciales, artificiales, pero valdría llamarlos SEÑOR SMITH. Y eso es lo que pasa en la televisión (y en muchos otros trabajos). El amanerado tono de voz de muchos hombres hoy día es síntoma de que no han podido llegar a expresarse como Hombres.

Y voy a ser más claro: las veces que he tenido jefas del sexo femenino (menos mi querida Carmen Cristóbal, claro), he sentido que mi tono de voz las hacía sentirse inseguras y que, sutilmente, me exigían que me “amariconara” para que me trataran bien.

Eso es, básicamente, lo que pasa hoy día. Lo mismo que pasa en la televisión. El tono de voz con el que hablan los hombres es síntoma de que no les dejan expresar su masculinidad y el de muchas mujeres y adolescentes, todo lo contrario.