General, Política actual — 29 diciembre, 2007 at 11:37 am

Nuevos datos sobre el atentado a Benazir apuntan a Musharraf; Al Qaeda, descartada

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En medio del caos y la desinformación propias de estos casos, los datos que vamos conociendo sobre el asesinato de Benazir Bhutto nos llevan en el camino que, nada más conocerse la noticia, apuntaba aquí mismo. Mientras los Estados Unidos pretenden lanzar la pista de «Al Qaeda» en Afganistán, el supuesto líder de este supuesto grupo terrorista ha desmentido cualquier relación con el atentado y ha culpado directamente al aparato gubernamental.

Los datos realmente relevantes nos llegan de periódicos internacionales de «prestigio», como Los Angeles Times, que publica en su edición de hoy mismo que Benazir Bhutto escribió en una carta a un senador norteamericano «que si algo le pasaba, la culpa sería de Musharraf». (También publica esta información, el diario español El País; sería bueno que recopilárais esta información porque dentro de unos días, se impondrá la «versión oficial» y se perderán estos preciosos datos).

A pesar de que los medios de comunicación oficiales paquistaníes han comenzado a expandir el rumor de la autoría de Al Qaeda (con la complicidad del gobierno de Estados Unidos), las gentes en las calles culpan al presidente del asesinato, lo que explica los enfrentamientos con la policía que se están produciendo en todo el país y los incendios de entidades bancarias. La gente en la calle, y esto sí es un dato relevante, cree que su gobierno ha sido el responsable, entre otras cosas, porque el partido de Benazir Bhutto así lo ha afirmado.

El papel de los Estados Unidos en el atentado aparenta ser dual. Por una parte, según comentan fuentes de los servicios secretos rusos, Bhutto habría confesado a varios congresistas norteamericanos sus fundados temores de que fueran a matarla y, de hecho, en estos días habría intentado tener una entrevista con un miembro de la familia Kennedy (Patrick) y Arlen Specter para explicarle de dónde procedían esos temores: Pervez Musharraf. Algunos senadores USA próximos a Bhutto le habrían advertido del peligro que corría (aunque no había que ser muy listo, pues hace sólo dos meses habían intentado asesinarla). Parece claro, en todo caso, que el aparato necesario para provocar un asesinato tan complicado (explosivos, francotiradores) ha tenido que contar con el apoyo logístico de un cuerpo militar «oficial».

En la confusión de la causa final de la muerte, parece comprobado que Bhutto recibió varios disparos, y no murió de la subsiguiente explosión como se ha querido ver, lo que hace que los servicios secretos rusos adviertan de la existencia de un complejo operativo que lo hizo posible, con no menos de tres francotiradores. Para las fuentes de Sorcha Faal, los cuerpos de élite del ejército paquistaní (SSG) son los responsables del asesinato. Faal también advierte de que coincidiendo con este asesinato, algunos líderes militares norteamericanos han sufrido atentados, como el general Peter Gere y ¡la propia casa del presidente Bush! En medio de toda esta confusión, parece que dentro del aparato militar norteamericano habría habido diferentes posiciones respecto a Benazir: por un lado, quienes habrían advertido a Bhutto del peligro que corría (y habrían intentado salvarla) y quienes habrían colaborado con Musharraf en el asesinato.

La puntilla para aclarar definitivamente este asunto, me la envía Greg Grisham (El ojo que todo lo ve). En esta noticia publicada por Yahoo news de la India, se da cuenta de que la persona del aparato gubernamental que debía vigilar la seguridad de Bhutto era un brigadier general apellidado Shah, sumamente próximo a Musharraf, y que había sido la conexión entre Osama Bin Laden y el mulá Omar de los talibanes con los servicios secretos pakistaníes (ISI) y el gobierno norteamericano, cuando ambos eran sus aliados en la región. El brigadier retirado Ejaz Shah era el hombre al que Bhutto señalaba en los últimos días de su vida como su próximo asesino y fue la persona que ordenó «aclarar» el terreno para permitir que los francotiradores actuaran. Igualito que con JFK, igualito que con Isaac Rabin.

Una vez más, y como comentaba alguien en este mismo blog, el asesino en estos casos de magnicidios siempre se encuentra entre los servicios de seguridad.