Arte, Ciencia, General, Opinión y Noticias Externas — 25 noviembre, 2008 at 8:15 am

El cine, visto a través del condicionamiento clásico y la psicología conductista

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Seguramente, estás harto de ver películas que, desde la primera escena, sabes lo que va a pasar. ¿Por qué esto es así? ¿Por qué repiten los mismos guiones? La razón es tan sencilla como demoledora: las películas son armas de control mental  y una de las premisas básicas del condicionamiento clásico es la REPETICIÓN DE UN MENSAJE (o imagen). La repetición en la asociación de dos ideas o comportamientos acaba por implantarlas juntas en la mente.
En este año 2008 ya no es ninguna conspiranoia afirmar que el uso del tabaco ha sido programado desde las películas. Ya ha sido reconocido por las propias compañías tabaqueras que pagaron dinero para que las estrellas del cine aparecieran fumando en los filmes de Bogart, Bacall, Garbo o Dietrich. Así pues, si eres fumador, tienes que saber que cada vez que fumas, tu mente está siendo controlada por Eduard Bernays, sobrino de Freud, que es con mucha seguridad una de las personas que participó en esa Conspiración.
Partiendo de ese hecho demostrado, podemos extraer otras conclusiones sobre el esquema general de las peliculas que ilustran el propósito de manipulación de las masas de este «arte».
Actualmente, en las películas:
-El bueno siempre es el tonto. Es decir, el personaje del bueno es un ser, no solo vapuleado por todos los lados, sino que en absoluto resulta atractivo, pues no tiene un ápice de picardía. Para decirlo pronto y claro: el bueno es un GILIPOLLAS. Inconscientemente, muchas personas han asimilado que, para ser bueno, hay que ser gilipollas. Es decir, dejar que los demás se aprovechen de ti.
-El Malo es siempre más divertido, se lo pasa mejor, se ríe más, liga más… El mejor ejemplo es el de los piratas o ladrones tipo «Ocean’s 11», que siempre son individuos sumamente atractivos. Resulta significativo cómo los piratas (asesinos, violadores) son reivindicados por las películas: ¿Será porque la secta «Skul and Bones» de la Universidad de Yale son herederos de ese grupo desde su mismo logotipo: Calavera y huesos? ¿Será porque los paraísos fiscales donde guardan su dinero los banqueros están en los mismos escondrijos donde los piratas escondían sus tesoros?
-La chica siempre se va con el malo; increíblemente, se siente atraida por el hombre que la hace sufrir más. Muy relacionado con el anterior. Si la chica más guapa se va con el malo, ¿quién coño va a querer ser el bueno? Sobre el control mental operado sobre la mente femenina, sólo diré que, después de leer todos los documentos de la ex programadora Iluminati, Svali, estoy convencido de que la Anorexia ha sido una creación de los ingenierios sociales. (Trinity ha traducido parte de sus excepcionales declaraciones).
-Suele haber una chica morena y otra rubia. La dualidad, siempre. El Bien y el Mal. Hitchcook ya jugaba con eso. En realidad, casi todo lo inventó este perverso individuo (abusaba sexualmente de sus actrices), especialista en crear miedo. Por la lógica de las investigaciones que proceso desde hace ya años, estoy convencido de que Hitchcook era masón pero todavía no lo puedo demostrar.

-Siempre hay una persecución (o varias, o la propia película es una completa persecución: road movie). Resultado: sensación de estar vigilado, perseguido. Sales del cine convencido de que tienes que respetar todas las leyes, porque si no, te pillan.
-El sonido está altísimo, particularmente, la musiquita que precede a la escena de más salvajismo, con profusión de sangre y amputación de miembros, últimamente. Es significativa la cantidad de sangre que se ve en las peliculas, muy del gusto de los satanistas Iluminati, por cierto. Realmente, las peliculas parecen ceremonias satánicas (algunas, sin que se oculten, pues la trama va sobre eso). Resultado: no hacen más que pegarte sustos, que se quedan en tu inconsciente, por supuesto, pues toda esa basura va al sistema nervioso y a la memoria celular…
-Después de ver una película de esas por la noche, la gente se levanta asustada por la mañana, donde en el trabajo recibirá una sesión de «corrección de comportamiento» en clave de humillación. Una vez más: excitación-represión.
-Hostias y peleas. Se pasan media película pegándose hostias y si no hay hostias, peleas verbales, que para el caso, es lo mismo, o peor. Luego se extrañan de la violencia doméstica, claro, cuando la gente no ve otra cosa.
-La palabra «venganza» y las frasecitas aludiendo a que ‘sin la violencia no hay solución’ son norma común.
Hasta aquí las películas digamos que de «derechas», es decir, para la gente que utiliza más su hemisferio izquierdo y que buscan la seguridad y la protección de su indiviudalidad mediante la fuerza bruta.

En suma, las peliculas de derechas aluden a cada uno de los chakras: supervivencia (primero), sexo (segundo), emociones (tercero) y comunicación (cuarto).  Rara vez llegan al quinto, el del amor.
Pero también tiene que haber películas para los que quieren ser libres, huyen de la autoridad y creen en la solidaridad pero que utilizan la manipulación mental de la correción política para herir a los poquitos libertarios que se mantienen «salvajes» (amo esta palabra). Se llaman películas «independientes» (apelativo absolutamente falso porque es imposible estrenar una película en cines mayoritarios sin la aprobación de los Iluminati) y su patrón suele ser éste.
-Tristeza, tristeza y tristeza. A diferencia de las películas de «derechas» en las que se ríen complacidos del status quo, los héroes de las películas independientes o de «izquierdas» son individuos autotorturados por la «insoportable levedad del ser» y la injusticia social que no se resuelve. (Esta gente sigue creyendo en la política). Resultado: esos hombros caídos y actitud penosa de los «intelectuales» y demás consumidores de este tipo de cine. Indudablemente, si las películas «inteligentes» son tristes, la gente normal prefiere ser tonta, que por lo menos te ríes… (Tiene su lógica, ¿no crees?).
-Últimamente, las situaciones que reflejan las peliculas son patéticas, de insoportable vergüenza ajena. En la última que me vi, cuando volvía en el AVE desde Tarragona, una sobre un entierro, en medio de un cúmulo de situaciones patéticas, ¡el difunto padre de los protagonistas se lo había hecho con un enano! Por no hablar de éxitos como American Beauty o La tormenta de hielo… En las películas de hoy en día los personajes deben ser patéticos.
-A diferencia de los comienzos del cine, en los que todavía había algún héroe con dignidad (eso sí, asesinando indios) los héroes de hoy en día son absolutamente patéticos. Dan pena. Seguramente, con el fin de que uno piense: «por lo menos no soy como Ése». Seguramente, para no tener un espejo en el que mirarse…

-Las películas independientes deben transmitir una forma de rebeldía frente a lo supuestamente establecido, que se traduce en el gusto hacia temas como la homosexualidad, la droga, la violación, el sadomasoquismo o el incesto, que son vistos como «rebeldes» frente a la imposición de la moral religiosa. Obviamente, no saben que los Iluminati utilizan todas esas cosas (y otras más duras) para traumatizar a la siguiente generación de Iluminatis… (Svali dixit, otra vez).

Las películas de «izquierdas», en suma, pueden llegar a los tres últimos chakras, los más elevados (corazón, mente y espíritu) pero siempre desde el punto de vista del dolor, la psicosis y el satanismo, es decir, de sus variantes «oscuras». El mensaje a interiorizar es que si despiertas o piensas demasiado te vas a dar cuenta de que no hay salida: es decir, es mejor no saber demasiado de lo que realmente sucede. Por eso esta gente no quiere saber del 11-S ni de la Realidad en la que viven y prefieren calmar sus conciencias militando en partidos políticos o ONGs.
-El hecho es que el cine debe mantener a la gente asustada y carente de dignidad.
Igualito que las ratas en el laboratorio del psicólogo Skinner… (Nombre del director del colegio a donde van los Simpson, por cierto).

PD: A este artículo le falta un dato fundamental: el dinero. ¿Quién financia las películas? ¿Sabías que las películas se financian desde la deuda? Que los productores buscan inversores y que estos solicitan préstamos que devuelven si la película marcha bien. Ergo, ¿quién decide qué se filma? ¿Os imaginais a los banqueros iluminati encargando determinadas películas? Por no hablar de los temas preferidos del sionismo, por supuesto.

Ved los problemas de financiación de la película «Manolete» de Andrés Vicente Gómez y entenderéis mejor el intríngulis de este negocio de control mental de las masas.