General, Media — 15 diciembre, 2008 at 9:09 am

«Thriller», de Michael Jackson, Madonna y la industria de los ídolos de barro

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Varios autores a los que admiro afirman que «El mayor secreto», de David Icke, es el mejor libro de la Historia de la Humanidad. Por una vez, ese calificativo no es una hipérbole sino un hecho que todo aquel que lo haya leído puede corroborar. Pese a que no esté de acuerdo con su tesis sobre Cristo (según él, es un mito) e, incluso, me cueste creer el tema reptiliano, el arsenal de datos que presenta es tan abrumador que cuesta creer que una sola persona pueda tener toda esa información en su cabeza. Icke convierte la información «del corazón» (familias, bodas, noviazgos) en un arma para desentrañar hasta el mínimo fleco de la trama Iluminati. Aquí, el asesinato de Diana, desmenuzado.muerte-diana-david-icke

Me gusta especialmente cómo desentraña el asesinato de Diana de Gales y cómo desvela el control mental y satánico alrededor de Holly-wood («El bosque sagrado» o «la madera sagrada»). Sabía que Mariyln Monroe fue violada de pequeña, participó en la incipiente industria pornográfica y fue utilizada como esclava sexual y espía por el MJ12, pero desconocía que otras dos amantes de JFK, Jane Mansfield y Zsa Zsa Gabor, fueron también sacerdotisas en rituales mágicos y, previamente, al igual que Marilyn, novias del satanista y agente de la Interpol, Anthony Levay. El círculo se cierra una vez más.

«Estrellas» creadas desde niños y adolescentes, cuando se les cambia de nombre para disociar su personalidad en mentes esquizofrénicas, víctimas de abusos sexuales, a menudo por sus propios padres, que se las donan a las élites masónicas para ser empleadas en ceremonias satánicas. Ese patrón, desvelado por víctimas y programadoras MK Ultra como Arizona Wilder, Cathy O’Brien o Brice Taylor, a mi modo de ver, es la realidad del sistema de «estrellas» y la verdadera razón de por qué tal cantidad de ellas se vuelven locas y/o mueren jovenes en extrañas circunstancias. Son prostitutas y prostitutos sagrados que venden su alma al diablo (los Iuminati) para llegar a donde están. Si se «salen del tiesto», son eliminados porque podrían hacer despertar a muchos: eso fue lo que les pasó a John Lennon, Jimi Hendrix, Jim Morrison y Bob Marley, entre otros. (Un dia, me gustaría saber más sobre los accidentes de tráfico en los que murieron los españoles el volcán valenciano Nino Bravo, en 1973 y nuestra hippie bonita Cecilia, 1976 o el baloncestista Fernando Martín, que se «tiraba» por aquel entonces a la más que probable amante del rey Juan Carlos, Ana García Obregón). En los «Protocolos de los sabios de Sión» viene bien clarito: Los héroes y líderes de los «goyim» deben ser quitados de en medio para que no tengan referentes de inspiración y sean los «suyos» a quienes admiren.

Pequeña lista de las jóvenes estrellas que acabaron locas o murieron jóvenes: James Dean, Nathalie Wood, Liz Taylor, Sara Montiel, Bela Lugosi, Johnny Weismuller, Britney Spears, Victoria Abril, Prince, River Phoenix. Todas ellas podrían haber sido víctimas de ceremonias satánicas.

(Acerca del síndrome de doble personalidad, ved estas declaraciones de la starlett Carmen Electra).

La homosexualidad de muchas de esas estrellas, desvelada en los últimos años, nos indica que, a buen seguro, han sido obligadas a participar en estos rituales y/o a ser esclavos/as sexuales de esta élite, como las actrices citadas anteriormente.

Pequeña lista: Greta Garbo, Marlene Dietrich, Cary Grant, Errol Flyn, Alain Delon, Rock Hudson o John Travolta son solo algunos de los nombres que recuerdo  pero en estos tiempos que corren, ha pasado a ser casi obligatoria la bisexualidad. Un caso paradigmático es el de Angelina Jolie que, como muchas estrellas de la actualidad, son hijas de padres que también fueron «estrellas», en este caso, el actor Jon Voigth, que hizo de «chapero» en Cowboy de medianoche. La razón de que este «poder» se traspase de padres a hijos es que, desde pequeños, son educados para aceptar las particularidades de esa «iglesia». Otra estrella con una historia parecida es Liz Tyler, hija tardíamente reconocida por el vocalista de la banda de rock, Aerosmith, o Drew Barrymore, la niña de «ET», que ha pasado por todos los pasos antes citados: hija de un actor famoso (John Barrymore), alcoholizada de pequeña, recuperada posteriormente, al igual que Travolta, posiblemente esclava sexual de la élite. (John Wayne, Charles Chaplin y Clint Eastwood son solo algunos de los actores que acudieron a la reunión anual satánica-Iluminati en honor del dios Moloch, Bohemian Grove).

Pero sin duda, la estrella que mejor ejemplifica la creación de dioses manipulados es Michael Jackson porque hemos visto su ascenso y decadencia en las pantallas. Desde el adorable niño de los «Jackson Five» hasta el monstruo que tiene hijos sin relaciones con hembra y que bromea con tirarlos por la ventana. [Por cierto,  otra estrella creada desde niño, como Ricky Martin (véase, Menudo), también homosexual, y también ha creado niños sin contacto con mujeres. La «carrera» de Ricky Martin es casi calcada a la del hispanoitaliano Miguel Bosé, hijo de la «estudiante» de ángeles caídos, Lucía Bosé).

La vida de Michael Jackson es paradigmática del «star system» (sistema de estrellas) y, de acuerdo a las informaciones de las personas que han salido de MK Ultra, podemos hoy vislumbrar lo que verdaderamente le ha pasado. Michael denunció largamente los abusos sufridos de manos de su padre, lo que sumado a su mentalidad eminentemente infantil y problemas para relacionarse con el sexo opuesto, nos deja en el mismo lugar que otras personas que han denunciado haber sido utilizados para prácticas satánicas. Muchos de ellos han denunciado que participaron en esos rituales en Disneylandia (no olvidemos que Walt Disney fue un satanista y grado 33 de la masonería cuyas películas, como Fantasía, están repletas de simbologías ocultistas). Michael Jackson tiene una obsesión por Disneylandia y la regresión a la edad infantil que hacen vislumbrar que ha sufrido de abusos sexuales, lo que explicaría su pedofilia (los pedófilos SIEMPRE han sufrido ellos mismos de abusos sexuales).

Al igual que otras estrellas prefabricadas como Madonna, la carrera de Michael Jackson es un libro abierto en el que podemos leer las obesiones de sus «controladores mentales», es decir, quienes le crearon como estrella. A pesar de que editó un disco en solitario en 1979, todo el mundo le recuerda por el album Thriller que marcó un hito en la historia de la música por dos cosas. La más conocida: por lanzar al mundo el concepto de videoclip y la menos, por la producción digital.

Thriller (Terror) cambió la manera de escuchar los discos pues se lanzó con una tecnología de grabación superior tecnológicamente, que marcó la época posterior, pero hay un hecho todavía más palmario que explica su arrollador éxito: la canción que da título al disco es el «videoclip» por antonomasia. Recuerdo como si fuera hoy, en 1982, al locutor de radio Julián Ruiz pontificando que el vídeoclip iba a cambiar la industria de la música y si se podría vender, a partir de ese momento una canción sin videoclip (Evidentemente, había acudido a un evento «informativo» de la industria que había decidido inundar nuestras mentes con esas imágenes). Bueno, hoy podemos afirmar sin ningún género de dudas, que ese momento fue delineado con todo lujo de detalles y la persona que lanzó esa «nueva tecnología» fue Michael Jackson con una canción cuya letra no se entiende sin la imagen y es más un musical que otra cosa… A pesar de que al inicio del vídeoclip «Michael» se disculpa, diciendo que el contenido de la canción no tiene nada que ver con sus creencias…. Jajajaajajaa.

http://www.youtube.com/watch?v=sF7RbA7HmgA

Ved el vídeo con subtítulos y alucinad con esta sucesión de todos los clásicos del Terror: Caperucita (con el lobo), El Hombre Lobo (John Landis, autor de un hombre-lobo americano en Londres fue el director), zombies…

En fin, el año en que fue lanzado, 1982, y la letra completamente satanista, creo que eran el anuncio Iluminati de la nueva política de la TV y la extensión del propio terrorismo como concepto de gobierno. Recordad que, solo unos meses antes, los Iluminati vaticanos se habían cepillado al Papa bueno, Juan Pablo I, y un año antes, su Operación Gladio realizó la matanza de la estación de tren de Bolonia, tan parecida al 11-M. El año 1982 los satánicos crearon una más de sus crisis, con la que nos metimos de lleno en la era del Paro, que tanto marcó las vidas de quienes crecimos en esos años. Creo que el Terror que vivimos, a no tener trabajo, ni casa y a la guerra de sexos previa a la instauración de la homosexualidad se anunció con el vídeo de la cancion Thriller, con la que nos hicieron bailar: ¿no es gracioso?: ¡PONEOS A BAILAR PORQUE OS VAIS A CAGAR DE MIEDO CON LO QUE OS VIENE! (Para empezar, ¡vamos a encerrar vuestros penes en jaulas de plástico!).

Los zombies que rodean a la inocente Caperucita, el color rojo del vestuario de Michael (representación de la deidad diabólica en la Santería y en todas las tradiciones espirituales) denotan que nada se dejó a la casualidad en ese vídeo. Si repasamos la vida de Michael después de este gran «éxito», en su escasa pero cuidadosísima discografía, nos daremos cuenta de la programación mental que ha sufrido («Bad»=Malo, «Dangerous»= Peligroso fueron otros de sus discos) y sobre todo, la canción «No matter if you are black or white» («no importa si eres blanco o negro») son la viva muestra de que las obsesiones por la cirugía estética y hacerse blanco que le han convertido en un monstruo fueron inducidas por sus controladores mentales.

Hoy dia, nadie puede negar que el lanzamiento del formato videoclip fue un hecho preparado minuciosamente. Y no lo puede negar porque, entre otras cosas, jamás se ha vuelto a repetir un vídeoclip de 17 minutos y con tanto dinero empleado como el de Thriller. Que el contenido de ese vídeo fuera satanista deja de ser una casualidad si nos fijamos en que el otro vídeo más cuidado de aquella misma época, «Wild boys», de Duran Durán también jugaba con las torturas y el tema diabólico.

(Por cieto, el otro día, Amy Winehouse, otra nueva programada, cuya alma será sacrificada al altar de Moloch, confesó que la culpa de su problema con las drogas lo tenía «Satán»).

Bien, seguro que Madonna no diría lo mismo sobre sus propios problemas mentales, conociendo su carrera, que comienza un año después del Thriller de Jackson (1983) después de proceder de la industria pornográfica (como Marilyn, a quien le hicieron imitar en uno de sus discos). La Ciccione tuvo que cambiar de nombre por el de Madonna, simbología de Virgen y de la diosa Semíramis babilónica, según Icke. En su primer disco, esta desconocida vendió ¡10 millones de discos! y, en el segundo, ya dejó entrever quien estaba programando detrás de ella con el disco «Like a virgin» en el que juega el papel de novia sobre los canales del templo de la Hermandad Babilónica, Venecia. Después de tragarme el documental «En la cama con Madonna» (recomendable para conocer la psicosis de esta mujer) y verla bailar esa canción, rodeada de parafernalia egipcia, no me cabe ninguna duda de que fue una oda a la divnidad femenina de los iluminati, Semíramis. Todas las referencias a los crucifijos con los que juega son simbología satánica que ha quedado más clara si cabe en vídeos recientes en los que aparece vestida de negro y rodeada de cuervos.

La ya relatada ceremonia de los Premios Emmy en la que descendió de una pirámide de 13 escalones para dar un beso en la boca a Britney Spear y Cristina Aguilera fue, como ya expliqué, una ceremonia de traspaso de poder de las vestales. La «vieja» de negro, la joven, de blanco.

De la misma forma, el pecho que «por azar» se le escapó a la hermana de Michael, Janet, otro «zombie MK Ultra», en la Superbowl de hace unos años fue una ceremonia en honor de Diana, replicando el famoso cuadro de Delacroix, «La libertad guiando al pueblo» emblema de la Revolución Francesa… creada por los Iuminati masónicos. Madonna es una adepta a la cábala. (Por cierto, comparte con Michael Jackson, y Ricky Martin y Elvis, la obsesión por tocarse el sexo mientras baila).

Sobre Britney Spears ya he hablado otras veces pero su carrera es, si os fijais, calcada a tantas y tantas estrellas MK-Ultra. En un momento dado, muchas de ellas (Natalie Portman, Sinead O’Connor – que admitió ser sacerdotisa de una congregación, por cierto-, Winona Ryder o la española Najwa Nimri son obligadas a afeitarse la cabeza y, a partir de ahí, se les empieza a ir la olla. Por lo visto, es una ceremonia ritual en algunos de estos cultos satánicos.

(Me da mucha pena la bellísima israelita Natalie Portman porque, si no lo remediamos antes y ponemos fin a esta industria de los ídolos de barro, va a acabar totalmente desquiciada).

PD: Las primeras grandes producciones en las que participaron los siguientes actores fueron interpretando a un homosexual. Javier Bardem (Las edades de Lulú), Antonio Banderas e Imanol Arias (La ley del deseo) y, ahora. el cantante de El canto del Loco y ex ultra del Real Madrid, Dani Martín, a las órdenes, otra vez, del «programador mental», Pedro Almodóvar.

Después de esas actuaciones, sus carreras fueron como cohetes (y no quiero hacer chistes). Veréis a donde llevan al citado Dani Martín.

PD: Canciones recomendadas: «Don diablo», de Miguel Bosé, y «Devil came to me», de Dover.