General, Internet — 21 enero, 2009 at 12:20 pm

Jedis venezolanos denuncian la mentira del holocausto/Nazis israelíes/ Tierra Hueca Turquía/ Colapso de PRISA

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Vivimos tiempos en los que las verdades salen a la luz a borbotones. En el archivo adjunto, por ejemplo, conoceréis los pasadizos que se hallan en la región de la Capadocia turca, uno más de los lugares donde existen estructuras subterráneas en el Planeta.tierrahuecaturquia
El mayor grupo periodístico de España, ligado al Club Bidlerberg (PRISA) comienza el camino hacia su desaparición con la puesta en venta de la cadena de emisoras SER y dividiendo El País en tres subgrupos subcontratados. Se da la casualidad que PRISA compró varios medios de comunicación en Latinoamérica hace escasos meses…

Más abajo, una noticia que revelará el verdadero carácter del estado de Israel. Un político del Likud que se autodenomina abiertamente nazi. La fotografía que acompaña a este texto corresponde a una manifestación celebrada en Valencia (Venezuela) en el que el recién creado nodo Jedi saca a la luz la verdad sobre el holocausto (redjedi.webs.com). En la marcha contra la ocupación de Gaza participaron artistas, artesanos, musulmanes y círculos bolivarianos.

Khalid Amayreh

The Palestinian Information Center
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Su nombre es Moshe Feiglin, pero bien podría llamarse el Adolph Hitler de Israel. El
lunes 8 de diciembre, el día en el que el Likud celebró sus primarias, Feiglin
obtuvo un puesto respetable en la lista que el Likud presentará para la Knesset en
las próximas elecciones israelíes, previstas para el 10 de febrero. Eso significa,
casi con toda seguridad, que Feiglin se convertirá en miembro del parlamento israelí
porque todas las encuestas de opinión indican que el mencionado patriotero partido
ganará las elecciones y será quién forme el próximo gobierno en Israel.

Llamar Hitler a Feiglin no es en absoluto exagerado. El tipo representa y defiende
todas las ideas e ideales fascistas que hicieron de Hitler el malhechor del nazismo.
De hecho, cualesquiera que puedan ser las diferencias entre gente como Feiglin y la
odiada jerarquía nazi, tienen más que ver con la forma que con la sustancia, por
ejemplo, Hitler y todos los de su pelaje creían en la superioridad de la raza aria,
mientras Feiglin y las decenas de miles de sus seguidores creen en la superioridad
del Pueblo Elegido sobre los goyem [no judíos]… Y aunque Hitler llamaba al
expansionismo territorial germano «lebensraum», Feiglin utiliza un término menos
sofisticado en referencia al agrandamiento territorial de Israel: Eretz Israel
ha’Shlema (la Gran Tierra de Israel), que incluye, además de Palestina, a Jordania,
Líbano y gran parte de Siria, Iraq y Egipto.

En 1995, en una entrevista con el periódico Ha’aretz, Feiglin describió al dirigente
nazi, Hitler como un «genio militar» y un gran constructor de naciones:

«Hitler era un genio militar sin parangón. El nazismo transformó a Alemania desde un
estatus de inferioridad a otro fantástico a nivel ideológico y físico. El harapiento
e insignificante joven cuerpo se convirtió en una limpia y ordenada parte de la
sociedad y Alemania recibió un régimen ejemplar, un sistema judicial y de orden
público adecuados. Hitler disfrutaba con la buena música. Pintaba. No eran una panda
de matones. Simplemente se servían de matones y homosexuales».

En la misma entrevista, Feiglin trató de dar un buen aspecto al racismo. «No puede
haber duda de que, en cierto sentido, el judaísmo es racista. Y cuando se afirmaba
en las Naciones Unidas que el sionismo era racista, no encontré muchas razones para
protestar. La gente que adopta el racismo lo hace para distinguir entre las razas, y
esa es una distinción-deber muy primitiva, el sostener que el sionismo es racista».

En 2001, Feiglin instó a George W. Bush a combatir e intentar destruir la religión
del Islam, sosteniendo que sin liquidar el Islam, EEUU no podría ganar la guerra
contra el terror.

«EEUU nunca admitirá que está inmerso en una guerra de culturas, en realidad en una
guerra religiosa… EEUU nunca lo aceptará y, por consiguiente, no podrá combatirlo.
Igual que los israelíes. Falla al identificar al enemigo. Buscan a los terroristas
como hace Sharon, persiguiéndoles individualmente. Están buscando a las avispas en
lugar de destruir los nidos. Tienen miedo de una confrontación real entre sus
valores y los del Islam».

Pero Feiglin no llegó a completar sus consejos a Bush sobre cómo exterminar a 1.500
millones de seres humanos.

Acerca de la cuestión palestina, Feiglin tiene ideas muy interesantes. Proclama que
«no existe la nación palestina. Hay sólo un pueblo que habla árabe que se ha
identificado de repente a sí mismo como pueblo, una negación de los parásitos del
movimiento sionista. El hecho de que no lo hayan hecho antes sólo sirve para probar
lo inferiores que son. Los africanos tampoco tienen naciones. Sólo zulúes, tutsis…».

En cuanto a cómo abordaría el problema palestino en caso de que se convirtiera en
Primer Ministro de Israel, Feiglin revela sus viles planes sin pestañear.

Según su página en Internet Manhigut ha’Yeahudit (liderazgo judío), abordaría la
cuestión palestina ordenando «la total interrupción de los servicios de agua,
electricidad y comunicaciones» a los cuatro millones de palestinos en Cisjordania,
la Franja de Gaza y Jerusalén Este (también las comunicaciones, para que el proceso
de exterminio pueda desarrollarse tan sigilosamente como sea posible, para que las
víctimas no pudieran comunicar el espanto de la carnicería masiva al mundo
exterior). Y cualquier ataque sobre un objetivo israelí supondría «la conquista de
la zona cuyos residentes instigaron la violencia, su deportación y la destrucción de
toda la infraestructura del área».

Sobre cómo piensa él que habría que tratar a los palestinos que protestaran, Feiglin
dice: «Ordenaría que se redujera el presupuesto de defensa en un 30% retirando toda
la munición anti-protesta que no fuera letal, como las balas de caucho y el gas
lacrimógeno.

«La munición no letal, que tiene por objeto evitar víctimas al enemigo, va contra la
esencia misma del ejército, y deberá destruirse en ceremonias obligatorias que se
llevarán a cabo en todas las bases militares».

«Sin embargo, finalmente», dice Feiglin, «todos los palestinos, incluso los más
dóciles, tendrán que emigrar a sus ‘otros países’, e Israel ayudará, hasta donde se
pueda, a cualquier árabe que desee hacer eso».

En una entrevista de prensa publicada el miércoles 10 de diciembre, sugirió que el
gobierno de Israel pagara la suma de 250.000 dólares a cada familia palestina que
quisiera emigrar.

La locura genocida de Feiglin va mucho más allá de la contemplada destrucción de la
comunidad palestina mediante una combinación de asesinatos masivos y emigración
forzosa.

Su primera acción tras convertirse en Primer Ministro, como se citaba en el
periódico Ha’aretz, sería convocar a su gobierno para que fuera a orar y dar gracias
en la explanada de la Mezquita de Al Aqsa en Jerusalén.

En los siguientes cien días, anunciaría la retirada de Israel de Naciones Unidas, el
cierre de sus embajadas en Alemania y otros países anti-semitas y cambiaría el año
escolar ajustándolo a las líneas del calendario hebreo.

Este, dijo, sería el primer paso para tener «el latido del estado judío según el
reloj judío en lugar del cristiano».

No es una oveja negra

A pesar de su manifiesta ideología de estilo nazi, Feiglin no es en absoluto una
«oveja negra» dentro del Likud, un partido cada vez más fascista a la luz de los
estridentes puntos de vista de ese cariz que la mayoría de sus dirigentes y miembros
mantienen.

De hecho, uno puede sostener, exagerando muy poco, que el Likud en su totalidad es
ya un partido fascista por excelencia, con la «línea de pensamiento Feiglin»
configurando la norma más que la excepción.

Tomemos, por ejemplo, al líder del partido Benyamin Netanyahu. Este hombre defiende
la intensificación de la colonización judía en Cisjordania, la aceleración de la
judaización en Jerusalén Este y la limpieza étnica de palestinos tanto en Israel
como en los territorios ocupados.

Hace varios años, Netanyahu, que a menudo es representado en gran parte de los
medios occidentales como representante del «centro derecha», dijo a los estudiantes
universitarios israelíes que Israel aprovecharía la oportunidad, si ésta se
presentaba, para expulsar a tantos árabes como fuera posible de la «tierra de
Israel».

¿Y qué hay de Moshe Ya’alon, que también ha obtenido un puesto avanzado en la lista
del Likud? Este es el hombre que, mientras servía como jefe del estado mayor del
ejército israelí, ordenó a sus tropas que asesinaran sin misericordia a civiles
palestinos inocentes, incluidos colegiales, y bombardearan edificios de apartamentos
y casas repletas de civiles, causando la aniquilación de muchas familias enteras.

En resumen, estamos hablando de un partido cuyos dirigentes y miembros electos
mantienen un discurso decididamente fascista. Es un partido que puede compararse con
el partido nazi. Es decir, Israel bajo el liderazgo de gentes como Netanyahu,
Feiglin y Ya’alon se parecerá mucho a la Alemania de 1937.

Ahora bien, ¿cómo responderá el «civilizado» y «democrático» Occidente,
especialmente los nuevos dirigentes estadounidenses, ante la amenazante deriva hacia
el nazismo judío en Israel?

¿Boicoteará Occidente al Likud, y por tanto a Israel? ¿Impondrá condiciones el
Cuarteto (Naciones Unidas, EEUU, la UE y Rusia) a Israel como hicieron con el
gobierno democráticamente elegido de Hamas?

Lo dudo mucho. Los gobiernos occidentales son demasiado inconsistentes moralmente y
demasiado promiscuos políticamente como para desafiar el fascismo israelí.

Enlace con texto original:
http://www.palestine-info.co.uk/en/default.aspx?xyz=U6Qq7k%2bcOd87MDI46m9rUxJEpMO%2bi1s7r08qaFxP0H8nKkcVfEpP5ISOdwsRwnDfpWf%2fxuuCxo0tcFaj%2feDjhhc2FA0bLckx2D7jy13fSRKUhH8jL4l1XIg1vDSAmYJUzMZ3lssmn2Y