Opinión y Noticias Externas — 11 diciembre, 2009 at 9:00 am

Mis trece libros favoritos

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Hacía tiempo que quería contaros los  libros que más me han influido y gustado. Ahí van, no necesariamente en orden de los que más me gustan, ni nada parecido.

1-Viaje al Fin de la noche, de Céline.

Cuando la leí ya había escrito mi primer libro (Recuerdos de pelo largo) pero al hacerlo, encontré una forma de escribir y de sentir tan cercana a mí, que realmente le siento mi maestro. Esta novela autobiográfica es la mejor del siglo XX y desgrana a la perfección el absurdo de este siglo con la imagen del propio autor viendo un desfile militar en 1914 en París y decidiendo ir a la guerra sin saber por qué. Allí, en los meses en la guerra, se describe de verdad, con un humor negro poderosísimo, la gilipollez que es ese artificio. El siguiente libro, de su época como doctor, también es memorable. Gracias, Céline. (Para que nos hagais una idea, fue el maestro del gran Bukowski).

2-La Libertad primera y última. De Krishnamurti.

Después de este libro, todo lo que se pueda hablar y decir sobre libertad, está de más. Simplemente, Krishnamurti ya lo dijo. La Ley, los abogados, la escuela, el pensamiento dominante, la religión… Krishnamurti borró literalmente su credibilidad con palabras claras, contundentes y tan profundas que te traspasan. Casi un siglo después de su muerte, ¡Las facultades de filosofía ni citan a Krishnamurti! ¡PERMITIDME QUE ME DESCOJONE DE LA RISA! ¡Pero si fue el mejor filósofo de la historia! Ni Platón, ni Sócrates ni esos coñazos de Russell, Popper y su puta madre!

La Verdad es que hablo mucho de Tesla pero la censura sobre Krishnamurti es tan flagrante, como poco. ¡Cuánto le debo a este libro!

3-Osho. Toda su obra. Aunque destaco «Zaratustra: un dios que sabe bailar». La espiritualidad unida al placer, la filosofía con sentido del humor, la desmitificación de todo lo establecido… Osho es, seguramente, el místico más influyente ahora mismo y, sin duda, uno de los que más ha influido a éste que os habla. Con todos tus fallos, gracias Osho.

4-El profeta, de Gibrán.

Sí, sé que es típico pero uno no puede olvidarse nunca de los libros que le marcaron. Poesía con sentido y profundidad.

5-Los Upanishads.

El último libro de los Vedas hindúes. La majestuosidad de lo que allí se encuentra es tal que su significado te traspasa aunque no lo llegues a entender. Va a la inconsciente. Y te ilumina. A mí me iluminó. Se me caían las lágrimas de la emoción. Tengo que volver a leerlo. Pero me da respeto. Hay que estar en el interior y sentirlo, porque va más allá.

6-El Libro de Urantia.

La Biblia del siglo XXIII. El libro canalizado más importante de la historia. La historia de nuestro planeta, la organización del Cosmos, el papel de las entidades divinas, la energía, la materia, la vida oculta de Jesús. Si el canalizador se lo inventó, hay que tener mucha imaginación. Lo tengo en mi mesita de noche. El día que necesito Paz, me leo una página «a boleo» y duermo como un bebé. Entonces, el Cosmos se vuelve tu hogar. Todo el mundo debería tenerlo en su casa.

7-I-Ching

El otro libro que tengo en la mesilla. Mi compañero, mi amigo, mi maestro. No sé por qué, lleva unos días fallándome. Es la primera vez que no entiendo lo que quiere decirme. Pero por unos días no voy a echar por tierra una intensa relación de diez años; seguramente soy yo quién no estoy realmente conectado. Fernando Sánchez Dragó me recomendó la lectura de este oráculo chino hace diez años y sólo por eso le estaré eternamente agradecido. Se tira con tres monedas, seis veces. Es facilísimo. Te ayudará a entender la realidad en la que vives.

8-El Antropólogo inocente, de Nigel Barley.

Sólo hay otro libro que me ha hecho reír tanto, pero no recuerdo su título. Un antropólogo que se va a Africa y allí se da cuenta de la falsedad de todo lo que le han contado en la escuela de antropología. Si se lo regalas a alguien, quedarás como Dios.

9-Siddartha, de Herman Hesse.

Lo leía cada año cuando era adolescente (al igual que El camino, de Delibes). Sin duda, me conectó con lo que de mayor sería.

10-Cabalgando la ola del Zuvuya, de José Argüelles.

El Maestro Argüelles explicando los códigos del tiempo mayas en una novela dedicada a su hijo adolescente fallecido. Una obra Maestra. Tampoco creo que se pueda encontrar en las tiendas. Es una pena porque sería el momento para que triunfara plenamente. ¡Que lo reediten!

11-Alce Negro Habla de John G. Neihardt

El último chamán de la tribu de los sioux le cuenta la historia de su pueblo a un periodista yanqui a principios del siglo XX. La historia del General Custer, de Toro Sentado y Caballo Loco, visto desde la perspectiva de los indios. Jamás he sentido tanta dignidad, ni la rabia y la injusticia me han hecho rebelarme con tanta fuerza como con este libro.  Pura Poesía indígena y chamánica. Recuerdo que en el capítulo de cuando capturan a Caballo Loco, le llevan a la Reserva y, cuando ve que las casas son cuadradas dice: «ahora entiendo por qué los hombres blancos están tan locos, porque viven en casas cuadradas», sencillamente memorable. Toda esa colección de libros de Olaneta tienen muy buena pinta pero solo he leído ese.

12-Los Yanomamas, de Ettore Biocca.

A menos que tengáis la suerte de encontrarlo de segunda mano en Iberlibro.com , olvidaos de encontrarlo. ¡Yo tengo la inmensa suerte de tener un ejemplar! Es un libro descatalogado, de los años setenta, que cuenta la historia real de una adolescente española cuya familia se fue a vivir al Amazonas venezolano en los años 30 y fue capturada por los indios yanomamis. Alli le vino la primera regla y se «casó» con dos jefes (fue raptada). Te cuenta la historia de los indios por dentro, es decir, la realidad. Descojonante. Cómo arreglan las trifulcas, cómo se drogan… Creo que escribí un artículo hace años sobre el mismo. El libro más despelotante que he leído en mi vida.

13-Los protocolos de los sabios de Sión.

Todo el mundo debería leerlo por lo menos una vez. El plan sionista anticipado a comienzos del siglo XX. El libro más polémico de la historia. Si es falso, es el relato más profético de la historia. Todo lo que se escribió a finales del XIX se cumplió exactamente.

(A lo mejor sigo otro día, me han faltado unos cuantos).