Mientras los científicos rusos nos avisan de una nube tóxica a consecuencia del vertido de la British Petroleum en el Golfo de Méjico, que lleva camino de convertirse en la mayor catástrofe de la historia, las fuentes también rusas de la mítica Sorcha Faal nos hablan de que el gobierno ruso está a punto de hacer la guerra con Estados Unidos a cuenta de la inundación de heroína en sus calles procedentes de la Afganistán de la OTAN.
Al parecer, los talibanes (radicales islámicos y, por tanto, en contra de la droga) habían erradicado prácticamente el cultivo y procesamiento de la amapola, razón por la cual, la CIA presionó para que Estados Unidos invadiera ese país. La consecuencia fue la recuperación vertiginosa de la producción de heroína, que ha derivado en una nueva «guerra del opio» con destino Rusia, como ya ocurrió en el pasado con China. El dinero que se deriva de ese negocio es el que actualmente mantiene a los bancos con liquidez, amén de que Obama ha obtenido de allí el presupuesto necesario para extender sus fuerzas especiales a 75 países. Eso ha hecho que el viceministro ruso Ivanov indicara que «la droga es la principal amenaza para la seguridad de la región y que el segundo del ministerio de Asuntos Exteriores, Klimov, haya recordado que muchos diputados rusos que la producción de droga es la verdadera causa de la invasión de Afganistán.
Para cerrar el tema, las declaraciones del ya ex presidente de Alemania Horst Koehler reconociendo que la invasión de Afganistán no tenía que ver con la lucha contra el terrorismo «y sí con intereses comerciales«.
