Opinión y Noticias Externas — 26 septiembre, 2010 at 11:45 am

Algunas coordenadas sobre los pueblos del Nuevo Mundo que se están fundando (o se van a hacer)

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Son muchas las personas que, conscientes de que esta civilización no da para más, han comenzado o piensan empezar de nuevo en nuevos pueblos o en reconstruir antiguos. Algunas de esas personas se dirigen a mí para pedirme su apoyo, algo con lo que cuentan porque suelen ser personas de conciencia, pero siempre les digo que yo todavía creo que no es el momento.

Dejando claro que siempre ha de haber pioneros (y que es muy posible que estas personas sean las que allanen el camino para los que nos iremos después) hay una serie de comentarios que me gustaría hacer.

El primero es el más claro, a la luz de las experiencias de las generaciones anteriores. Ninguna nueva comunidad va a funcionar si primero no resolvemos nuestros problemas interiores (que son los que generan los problemas de relación). No basta con ponerte unas rastas ni cambiarte de nombre ni forrar tu casa con motivos orientales: vas a seguir siendo el mismo hasta que no vayas al centro de tu Ser verdadero. Si te sigues traicionando a ti mismo/a, esa frustración la traspasarás a los demás y los problemas acabarán surgiendo. En este caso, la asociación entre el Budas Factory y la Asociación ARPA para repoblar pueblos abandonados es novedosa porque une el trabajo interior con la práctica de la comunidad.

Sin embargo, hay otros elementos que no se nos pueden escapar para el éxito de esta empresa.

Lo queramos o no, una comunidad es una célula económica. Como todos los sistemas, para que sobreviva tiene que haber intercambio. Repito; las células viven porque realizan intercambios. El más evidente es el de alimentos y productos manufacturados pero hay otros más intangibles como son los de información, la alegría, fiestas, etc. Para que estas nuevas comunidades tengan éxito tiene que crearse una Red potente entre todas ellas. Y para que esos intercambios no se vean sujetos a las leyes imperantes en el Viejo Mundo, no han de pasar por su Energía. Deben ser autosuficientes.

Aquí es donde llega el elemento primordial y el que hará que yo me marche a vivir a uno de esos pueblos. La Energía Libre. Los Motores magnéticos o de agua. Esa ha de ser nuestra bandera. En el momento en que esos motores empiecen a fluir, nos podremos ir porque nuestro intercambio de productos ya no incluirán los costes de transporte, con lo cual los precios de nuestros productos serán imbatibles. Y, ¿por qué no?: los propios motores se deberían constituir (al margen de los servicios de salud, desarrollo personal, artesanía, etc) en la industria que otorgue abundancia a estos proyectos.

El Momento en que esto suceda está muy cerquita. Sé ya de una persona que tiene este motor pero todavía está patentándolo e ideando un plan de negocio que yo, personalmente, creo que nunca funcionará. Los inventores siguen pensando en el éxito dentro de un Sistema que ese motor se «cargaría». Imposible. Ya he visto varios ejemplos a mi alrededor. El Sistema no va a dar dinero para algo que acabará destruyéndolo. No son tontos. Te darán largas y largas pero nunca saldrá a la luz. ¿Por qué no lo dona a la Humanidad?, diréis algunos. Pues el miedo que tienen las personas que tienen las ideas es que se las roben y que nunca se beneficien de ellas.

Y no les culpo. El nivel de indignidad y deslealtad  que existe en este mundo es tal que las personas se aferran a sus ideas por miedo a que, después de haberlas parido, nadie se ocupe de su bienestar. Os escucho pedir que tal programa o tal tecnología se libere y se coloque gratis en la Red pero no escucho a nadie plantear una retribución para el inventor.

Lo he probado en mis propias carnes al menos cuatro veces. Le das una idea a alguien, se la queda y, acto seguido, te aparta.  (Por supuesto, una vez que se marcha el «inventor», el proyecto muere, como está pasando en Stop secretS, porque se va el espíritu que le dio vida).

Eso, en una comunidad indígena no pasaría. Al «anciano» (en el sentido de la persona con experiencia) se le respeta, se le cuida y se le valora. Su palabra cuenta más que de los que no tienen esa experiencia. Es hora que nos carguemos el dogma de la igualdad.

Si una persona ha inventado un motor, la palabra de esa persona -en ese campo- ha de contar más que ninguna otra.

Cuando haya un reconocimiento (en cada campo) y un respeto por la sabiduría de cada uno, muchos líderes de todos los terrenos se unirán a esos proyectos pero, como digo, nos hace falta la tecnología. Si queremos desligarnos de la Mátrix, debemos ser prácticamente autosuficientes. Incluso, de los aeropuertos. Necesitamos los platillos volantes.

No, no lo digo en broma. En el momento en el que esté disponible el motor magnético, llegará rápidamente el platillo volante porque con dos motores rotando en direcciones opuestas se consigue romper la gravedad. Esa ha de ser la tecnología que conecte definitivamente esas comunidades. Las telecomunicaciones están de nuestra parte, permitiendo que haya personas trabajando a distancia, y extrayendo dinero de la Mátrix, aunque seguiríamos dependiendo de ella y seguiría siendo un problema por el que nos podrían tener «pillados».

Pero hace falta algo más. Unos ideales compartidos. ¿Hacia donde vamos? ¿Cuál es el mundo que queremos?

Parece algo secundario pero no lo es. Al final, las comunidades (como las parejas) se rompen porque no hay un objetivo común. Ahí está la Alternativa Mundial Acuario. Son 13 puntos muy claros y sencillos. Si todos estamos de acuerdo en lo esencial, puede ir para adelante. Esas comunidades han de aspirar a transformar el Planeta porque las fuerzas de la Oscuridad intentarán destruirlas. Si alguien piensa que por marcharse a un pueblo, le van a dejar en paz, va listo. Lo queramos o no; es su mundo de guerra o injusticia o el nuestro. Los dos no pueden coexistir. Debemos aspirar, desde el principio, a que el Planeta se convierta en un Paraíso donde reine la Libertad y la Consciencia y acabar con el dinero-deuda. Por eso, debería haber un contacto con las ciudades en una etapa intermedia.

Desde el principio, esas comunidades han de plantearse con un objetivo. ¿Somos galácticos? Con esos planteamientos, esos objetivos y una serie de ideales comunes, la cosa podría funcionar, pero hacen falta personas de todas las profesiones: agricultores, artesanos, manitas, currantes de todas las tareas… No sólo santos ni ideólogos. Ese es un problema que están teniendo muchas comunidades. Nadie quiere trabajar con las manos. Por eso digo que hay que extender la conciencia entre todas las capas sociales. Por eso sigo en Madrid aunque la Madre Naturaleza me llama insistentemente.

PD: En unos días os presentaré una herramienta internáutica que puede ser la clave para que esa Red eche a andar, posibilitando intercambios tangibles e intangibles. Estad muy atentos a esta página en los próximos días.