Arte, Espiritualidad, General — 2 abril, 2011 at 11:39 pm

Homenaje a José Argüelles, profeta del (no) Tiempo: Gracias, Maestro

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Argüelles recuperó el símbolo de la Cultura de Paz (ciencia+arte+espiritualidad) de Nicholas Roerich

El otro día, en el homenaje que rendimos en Madrid al guía del movimiento 13 lunas del cambio de calendario, dije lo que sentía; que, aparte de lo más obvio (Argüelles nos ha legado la herramienta para superar todas las depresiones, el conocimiento de los ciclos del tiempo), me atreví a decir que, también, fue un líder espiritual que ha unido prácticamente todas las corrientes espirituales, religiosas e indígenas.

Charlando con los otros kines, comprendí, viendo que ningún medio de comunicación se hacía eco de su muerte, que hemos tenido la suerte de conocer a un verdadero Profeta en vida ( y yo, además, de conocerle personalmente, pues le entrevisté hace tres veranos, en el curso de una colaboración que hacía para la cadena SER). Y la gente no se ha enterado.

viva seus sonhos
Vivir tus sueños es tu mejor contribución a la instauración de la Paz en el Planeta

Luego, caí en la cuenta de que cuando vino Jesús, Buda o Mahoma, debió ser igual, solo los despiertos se dieron cuenta de quién era realmente mientras estaba en vida. Los demás, se dieron cuenta más tarde. Mucho más tarde.

Pues eso, congratulaos de haber reconocido (y vivido) a un profeta en vida.

La aportación de José Argüelles a la Felicidad humana es eminentemente práctica. Alguna vez he comentado que, desde que conocí (y empecé a vivir en él) el Calendario 13 lunas, no volví a deprimirme. Así, como os lo digo. Habré tenido algún día de tristeza ante las decepciones que te da la vida pero cada vez esos estados se han hecho más cortos hasta el punto que rara vez me duran más de unas horas. ¡Unas horas! Cuando antes, hace años, ¡daba por sentado que debía sentirme triste varios largos periodos durante un año! El calendario 13 lunas me sanó por completo de esa creencia, porque es una creencia.

La explicación es sencillísima. La tristeza continuada a la que llamamos «de-presión» es consecuencia de nuestra creencia en el tiempo lineal. Es decir, que si has tenido una debacle personal, una decepción, una separación de alguien que quieres, nunca se podrá arreglar porque vives en una línea como una vía del tren, cuando se corta, no hay otra opción de paso. Cuando te das cuenta (y vives) en el tiempo cíclico (que es una espiral), sabes que cada día es diferente y que las oportunidades se suceden cuando se cierra un ciclo y se abre otro, con lo cual no hay nada cerrado en la vida ni ningún problema está exento de solución. Así que, psicólogos, ¿queréis sacar a vuestros pacientes de la depresión? Mostradles el sincronario 13 lunas. Yo no conozco a ninguna persona que siga este calendario y tenga depresiones: ¡de verdad! Tristezas, puede ser, pero depresiones, no.

Evidentemente, no sólo el calendario maya ofrece esta llave: el propio Tao y el I Ching beben de esta misma sabiduría, y por eso Argüelles, que integró todas las tradiciones espirituales del Planeta, también lo hizo con el I Ching. La diferencia del calendario 13 lunas es que se vive a diario, consultando el kin de cada día, hasta que llega un momento en el que integras esta información y la llevas dentro. Entonces, vives en la magia permanentemente.

Muchos siglos recordarán el impresionante legado de José Argüelles. ¡A ver si reeditan sus primeros libros en España! (Sobre todo, la Ola del Zuvya, mi favorito).

Este vídeo de la Fundación Soliris sobre el puente arcoiris circumpolar, meditación fundamental del movimiento 13 lunas, es parte de ese homenaje a este Hermano que desencarnó para ayudarnos desde el otro lado para estos trascendentales momentos que vamos a pasar (que estamos pasando ya).

Ayer, en el parque del Retiro, pensando en todo esto, plenamente conectado con el Gran Espíritu, me llegó con claridad algo muy sencillo.

Pase lo que pase no hay que tener miedo, VAMOS HACIA LO BUENO, LO MEJOR QUE HAYA VIVIDO LA HUMANIDAD EN TODA SU HISTORIA.

Pues eso. Que llega el arcoiris. Porque es el Momento. Gracias, Maestro, por allanarnos el camino.