Opinión y Noticias Externas — 17 enero, 2012 at 1:51 pm

La Meditación Suprema para liberaros de los demonios que os dañan

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Las buenas personas siempre tienen que soportar que las malas se aprovechen de ellas.
A lo largo de la historia, los estafadores, los copiones, los maledicentes, los mentirosos, los envidiosos, las arpías y los embaucadores se han salido con la suya porque el bueno no ha querido entrar al trapo del mal y le ha dejado que se salga con la suya.
En esa conducta hay una parte de inteligencia puesto que lo que quiere el maligno es que te vuelvas uno como él, y cuando entras en una de esas peleas con un demonio que no duda en utilizar la Mentira y la Manipulación para conseguir derrocar a aquel al que envidia, te has de volver otro igual para derrotarle.
De esa manera, el mal siempre acaba triunfando.
Lo que te voy a contar seguidamente es un método para que caiga la Justicia Divina sobre aquel que se está aprovechando de tu Bondad. Lo llevarás hasta el punto que consideres conveniente de acuerdo a la maldad que estás soportando, y ésta es una advertencia importante, porque la meditación que te voy a enseñar se puede llevar por delante al malvado (y luego te puedes arrepentir).
Antes de realizar la meditación propiamente dicha, es preciso que aprendas a conectarte con la Energía de la Justicia Divina.
Verás: hoy día se habla mucho de la parte yin del Creador (el Amor) y poco de su parte yang o masculina, que es la capacidad de impartir Justicia. La mejor forma de conectarte con ese arquetipo es invocar, visualizar o incorporar la fuerza del rayo y el trueno (Luz y Sonido) o conectarte con la Energía que Todo lo toca, es decir, la ubicuidad del Creador que, indudablemente, también está dentro de la persona que te está haciendo el mal. Esa es, ni más ni menos, la explicación de lo que pasará seguidamente: la Divinidad mandará una «onda electromagnética» de corrección de la anomalía/disonancia/comportamiento.
Después de pasar unos días incorporando esta Energía (que, obviamente, si esta persona te está puteando, te costará lo suyo) y antes de pasar a la meditación propiamente dicha, deberás realizar una purificación emocional en tu relación con esa persona, reconociendo cualquier aspecto en el que hayas podido contribuir a ese odio.
Sólo deberás pasar a la siguiente fase cuando te sientas totalmente puro, sin tacha moral alguna y, sobre todo, con la Fuerza Total del Creador de Todo lo Que Es, dentro de ti; la Energía que Todo lo Contiene.
Entonces, te vas a sentar en posición de meditación, con los ojos cerrados, y vas a dejar que afloren la rabia, el odio, la indignación y demás emociones «negativas» que el comportamiento de esa persona haya provocado en ti. Vas a sentir, seguramente, que los extremos de tus labios parpadean y en el rombo que forman la raíz de tu nariz, tus pómulos y tus labios, ganas de llorar.
Deja que aflore todo ese odio pero no te identifiques con él. Ya no es tuyo, pues, al mismo tiempo, estás henchido/a con la Magna Fuerza del Creador.
Durante algunos minutos, sentirás la dualidad de la Fuerza del Creador dentro de ti, y la rabia y el odio hacia la persona que se ha aprovechado de tu buena fe, afuera. Pasarás tu atención de uno a otro cada cierto tiempo, hasta que te asegures de que el dolor y el odio están fuera de ti. [Porque no te lo ha hecho a ti, se lo ha hecho a la Humanidad-humanidad (doble sentido) y, por tanto a Dios].
En ese momento, sentirás una gran Fuerza y un Poder interior (que no es tuyo, pues tú ya deberás estar «fuera» y será Dios quien ocupe tu lugar) e invocarás EN IMAGEN, a la persona que te ha dañado, es decir, lo visualizarás. De alguna manera, será como traerle a la Corte de Justicia.
(Recuerda siempre que tú ya no estás ahí y, por tanto, si sientes odio o rencor hacia esa persona, no has realizado correctamente los pasos anteriores; el odio debe estar «fuera»).
Acto seguido, el Dios Supremo que habita en tu interior invocará la Presencia de la Espada de la Justicia Divina (que puedes asociar con el Arcángel Miguel: te resultará más fácil) y permitirás que esa Espada realice el Acto de Justicia con la persona que te dañó.
Permanece unos segundos en esa Magna Situación sintiendo la Fuerza de la Justicia y la Paz que te inunda por ello.
Sólo si estás seguro/a de que es lo que se merece, accederás a que la Espada caiga sobre la cabeza del Demonio encarnado.
Después de ello, en Paz porque la Justicia Divina va a realizar su parte, te olvidarás por completo de la susodicha persona y te darás el lujete que más te guste: una sauna, un viaje, ir a bailar, una sana borrachera, en definitiva, disfrutar de la alegría que es haberte librado de ese Demonio.
Un día, seguramente cuando te hayas olvidado por completo de esta meditación, te enterarás que a esa persona le ha ocurrido una desgracia…
PD: Esta meditación «personal» es sumamente eficaz para que la Justicia Divina se apodere de la Tierra. Al invocarla en el plano personal, la estáis haciendo Real en el Plano Social y Político. (Es decir, contra los Iluminati).

PD2: Terminé este artículo a las 01:01 por el reloj de mi teléfono. Jajajjaa!

PD3: También se puede aplicar a empresas. Otro día os cuento lo que mi meditación con la compañía aérea Sabena cuando volví de África…