General, Hombre y Mujer — 21 noviembre, 2012 at 5:12 pm

Origen neuroquímico de la guerra de sexos/Diario argentino habla de «homosexualización» a cuenta de la intoxicación de estrógenos

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El diario Urgente 24 es el primero en el mundo (que yo sepa) que utiliza el vocablo que inventé hace seis años: homosexualización.
En el artículo que os adjunto aquí, se hacen eco de los inusuales niveles de estrógenos encontrados en el río Suquía, de la provincia de Córdoba, Argentina, y lanza la «hipótesis» conspirativa de que esto pueda estar relacionado con un plan para reducir la población mundial.
En poquísimos días, veréis el vídeo traducido que sustenta esta tesis con los irrebatibles datos científicos, referido… ¡al varón!
¿Pero qué pasa con la mujer? ¿Cómo le afectan los falsos estrógenos que la industria de la cosmética y el plástico nos inoculan?
Aunque encontraréis un completo análisis de esta cuestión en el libro de próxima aparición, os adelanto algunas conclusiones a las que he llegado.
1-En condiciones de estrés, el ser humano libera una hormona llamada «cortisol» que sirve para encarar situaciones de emergencia o de peligro. Ello hace que las funciones racionales queden «aparcadas» y funcionen los mecanismos reflejos, de supervivencia. Su punto negativo es que, como esa situación de estrés se alargue, las funciones racionales, el juicio y la memoria pueden quedar infrautilizadas, por decirlo de una manera «suave».
2-Los neurotransmisores (química de los sentimientos) y las hormonas (química de la sexualidad) están relacionados a través del aparato endocrino desde el mismo útero materno. Simplificándolo: sentimientos/emociones—–sexo (entendido como sensibilidad de género, en este caso, femenino).
Si recordáis la película «Y tú qué sabes» estas peculiares moléculas que ejercen de «Carteros de las emociones» liberan su información a las correspondientes neuronas debido a que ejercen de «llave» de esa conexión sináptica en particular: ¡están transmitiendo una emoción o un sentimiento, nada menos! Dado que los falsos estrógenos son imitadores de los verdaderos, y tienen una característica geométrica similar, el cerebro femenino puede no ser capaz de diferenciarlos*.
Sabiendo que la mujer tiene cuatro semanas diferenciadas a nivel hormonal en cada mes, que influyen en su estado de ánimo, los falsos estrógenos causan un galimatías emocional que, unido a la Paranoia de la Violencia de Género, que inocula la desconfianza, el miedo y el odio a todo varón por el hecho de serlo pueden llevar a… Trastocar el valor del amor por el del odio, y viceversa.
La explicación es bastante sencilla: hay una serie de moléculas que están generando «ruido» en el ecosistema femenino (falsos estrógenos), ya de por sí estresado por el modo de vida actual que le hace estar en alerta permanentemente (cosa común a los hombres) pero con el añadido de la alarma por la Violencia de Género (exclusiva de las mujeres).
Los continuos mensajes repetitivos en forma de noticias alarmistas y carteles de propaganda son recibidos por el inconsciente femenino generando una alerta-(cortisol) que, precisamente, la sobredosis emocional generada por el amor hará que no sepa lo que realmente está sintiendo.
Esto explicaría, entre otras muchas cosas, las mujeres que prefieren a los hombres que las maltratan (morbo=enfermedad) sobre los que las aman e, incluso, las que huyen del Amor o se autosabotean. La huida ante el peligro es una conducta relacionada con la hormona cortisol, que los falsos estrógenos podrían estar catalizando en las situaciones opuestas a donde debería, con el telón de fondo del estrés laboral, las facturas, el desempleo, las multas de tráfico, etc.
*He dicho más arriba que los falsos estrógenos pueden engañar al cerebro… pero no al co-razón. La razón (qué bonito juego de palabras) de que las mujeres de hoy día tengan la palabra «Amor» en la boca todo el rato es porque, en su inconsciente, saben que están siendo programadas para huir y/o autosabotear la relación con el hombre que aman. Como digo, estos «engañadores químicos» pueden confundir al cerebro, pero al Co-razón, no. Pero para que el «Co-razón» funcione debe tener confianza en el otro «Co-razón», es decir, que CON 2 CORAZONES UNIDOS NO FUNCIONA EL ENGAÑO. No sé si tengo que explicar más la poesía…
Como digo, toda esta tesis, mucho más explicada en mi próximo libro: en unas semanas, en las librerías.

PD: Sin duda alguna, esto que os acabo de contar es el descubrimiento más importante de toda mi vida. Le voy a llamar… «Origen neuroquímico de la guerra de sexos». ¡Ea! ¡Al final, me he hecho científico! ¡Jajjaa! ¡Quiero un Premio Nobel!!!!!
PD 2: Aquellos que tengáis empresas ligadas a la cosmética, debéis liberar vuestros productos ya mismo de ftalatos, Bisfenol A y falsos estrógenos. ¡Colocadlo en vuestras etiquetas y os adelantaréis a la competencia!!
21 de noviembre del 2012, 29 días antes del Final de Estos Tiempos.