General, Política actual — 30 diciembre, 2012 at 11:47 am

«Los políticos no se sienten culpables por el mal que hacen»: reportaje sobre la culpa en La Vanguardia

by

«La culpa», «la culpa»: a lo largo de los últimos años, en los que la pseudorreligión New Age ha sustituido a la católica en una gran parte del Planeta, la eliminación de la culpa ha sido seguramente su mayor «logro». Aparentemente, te libera de todas las ataduras para ser «tú mismo».

En las continuas conversaciones con personas de este ámbito (en el que me muevo), esa es una de las losas de las que se quieren liberar: nadie quiere ser culpable.

Paradójicamente, la gente quiere creer que sus pensamientos crean su realidad pero, en cambio, ¡NO SON RESPONSABLES DE SUS ACCIONES! (Sobre todo, de cuando te aprovechas de los demás -económica o emocionalmente-: cuando haces el Bien, entonces sí te puedes colgar las medallas!!).

El pensamiento se podría resumir en: «Ahora, si estás en el mundo espiritual, puedes hacer todo lo que quieras (incluido el mal) y no sentirte responsable por ello».

El paroxismo de este modelo de pensamiento es el del gurú Matías de Estéfano, ya comentado en estas páginas, pero hay decenas de ellos diciendo prácticamente lo mismo, con buenos resultados económicos, claro está. ¿A quién no le va a gustar estar en una religión que te diga: «puedes hacer lo que te dé la gana sin sentirte responsable de tus actos, y encima, ¡ESTÁS MÁS EVOLUCIONADO QUE LOS DEMÁS!!». (Lo mismo que decía un tal Aleister Crowley: el satanista número 1 del siglo XX, por cierto).

Como me he hartado de repetir a lo largo de estos años, eliminar la culpa acaba con la responsabilidad del individuo y por ahí… ¡Se puede robar impunemente sin sentirte culpable por ello!

Bueno, por fin un periódico, en este caso, La Vanguardia, se atreve a escribir sobre el tema: la dimensión ética de la culpa, con opiniones de sociólogos y filósofos.

Creo que la comunidad New Age debería reflexionar profundamente sobre sus creencias y las personas a las que siguen: el caos moral en el que vivimos actualmente, plagado de corrupción, es el resultado, en buena medida, de las ideas que hemos incorporado.

Hoy día, nadie quiere ser culpable de sus actos, y los políticos, como parte de nuestra sociedad, tampoco. ¿Acaso no son un reflejo de la sociedad de la que nacen? ¿No tendremos que cambiar nosotros si queremos que los gobernantes cambien?