General, Opinión y Noticias Externas — 19 marzo, 2013 at 10:27 am

El varón masculino, esa cosa tan despreciada… en el Día del Padre

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¿Te imaginas este cartel en formato igualitario? ¡Menudo escándalo!

«¿Quién ha dicho que los hombres no lloran? ¡Las mujeres modernas quieren hombres sensibles!»: esto es lo que me decían mis feministas profesoras cuando comenzaban a salirme los pelitos en la barba.

¡JA! ¡Si Maritxu, Maite y Belén Aldea supieran que 25 años después los hombres no podrían ni defenderse en un juicio! ¡Si todos esos falsos gurús new age que pretenden que el hombre exteriorice sus sentimientos reconociera que, con una denuncia de su pareja, van a la cárcel sin posibilidad de defenderse! ¡Y les dicen que sean sensibles!!!!

Me gustaría echarme a reír ante tamaña contradicción pero esta vez, me duele demasiado, soy incapaz.

Hoy, festividad de San José, Día del Padre en el universo católico, toman posesión de sus cargos los nuevos gobiernos del Vaticano, Japón e Israel, lo cual le da a nuestro amigo Benjamin Fulford qué pensar si todo ello estará relacionado. Hoy, estos temas me parecen secundarios.

Durante los últimos años he escuchado a muchas mujeres quejarse de la falta de hombres pero a ninguna le he oído preguntarse por la razón de ello.

Sé que, en silencio, a la mayor parte de las mujeres les duele en el alma cuando caminan por la calle ver a tantos hombres tan guapos de la mano de otros hombres: aunque no lo admitáis, la profusión de mariquitas en los últimos tiempos es la prueba de que «algo habéis hecho mal».
Hoy, leo en Voz Populi un artículo sobre una biografía de la Casa Real española en la que el autor, inglés, dedica unos párrafos a la Princesa Letizia, representativa de la mujer moderna.

Hay bastante más sobre el carácter dominante, exigente y mandón de la Princesa de Asturias, quien, lejos de los focos, a veces suele comportarse como una diva: “En una ocasión iban en un avión privado y la princesa no paraba de quejarse al sobrecargo, diciéndole que hacía demasiado calor o demasiado frío. Al final, el sobrecargo le preguntó a don Felipe lo que debía hacer. El príncipe le contestó: “No importa, ella lo único que quiere es dar la lata. Estar al mando. Meterte un dedo en el ojo. Demostrar quién manda”.

Sé que muchas mujeres españolas se sienten identificadas con Letizia y, realmente, es muy significativo porque es un prototipo actual.
A lo largo de los últimos años, se han acercado a mí no menos de cuatro «fans» de esta página con las que he estado saliendo durante un tiempo. Pasada la fase de la seducción, me he encontrado con que ¡acababan discutiendo conmigo sobre las noticias que yo mismo les contaba en la web! ¡Lo podéis creer? ¡Delirante!
El último libro que acabo de parir y, en realidad, toda mi investigación ha ido destinada a entender qué pasaba por sus cabezas, tras darme cuenta de que no era un problema personal de alguna de esas chicas sino un «programa colectivo». El programa de la «competencia con el varón». El varón no puede quedar por encima en esa guerra imaginaria por su liberación que la mujer moderna está llevando a cabo para sanar una paranoica herida del pasado. El varón no puede saber más que la mujer de algo. El varón al que aman, en realidad, es un posible verdugo al que tienen que castrar.
Las mujeres no son conscientes de que tienen ese programa inoculado en su software mental. Un programa que les dice «el hombre ha dominado durante siglos y ahora nos toca mandar a nosotras».
Poco importa que, como demuestro en el libro, la guerra de los sexos como motor de la historia sea una falacia; el caso es que ese pensamiento está inoculado en las mentes de las mujeres de todo el mundo «cristiano».
Uno, que es consciente, no le guarda rencor a esas mujeres y sí rabia al sistema que les ha inoculado ese pensamiento pero, evidentemente, algún hombre visceral, que no sepa de todo esto, habrá podido reaccionar con violencia ante tanta culpabilidad sin sentido por cualquier insustancial motivo cotidiano… en el que el virus troyano feminista se desencadena. ¿Y cuándo se desencadena?

Pues, bajo mi experiencia, cuando la mujer empieza a notar que está perdidamente enamorada y que sus defensas bajan y se va a entregar al Amor, a la Confianza al 100% en el hombre que ama. Entonces es cuando el «troyano» actúa, diciéndole al oído: «te va a maltratar, te va a someter, como han hecho a lo largo de la Historia: no le dejes, rebélate». En el programa que se ha inoculado en su inconsciente, la Mujer que ama a su Hombre está traicionando a las mujeres que han sufrido a lo largo de la Historia la persecución del «machismo», luego tiene prohibido -repito inconscientemente- relajarse, confiar en el Hombre al 100% y vivir el Amor sin complejo de culpa. Por eso le comento a los hombres que se atreven a contarme sus problemas amorosos (el hombre sufre en silencio) que realmente no pueden hacer nada porque la mujer no es consciente de ese programa ¡porque está en su inconsciente! ¡Sólo sanando el inconsciente colectivo podremos vivir el Amor! ¿Entendéis ahora porqué escribí mi último libro y su vital importancia?

Así funciona este hechizo/ingeniería social que tiene como fin impedir que la Mujer conozca el Amor del Hombre. ¡Por algo llamo a las feministas «madrastras de Cenicienta»: porque no quieren que la princesita conozca el Amor!
Otros hombres, muchos más, ante la evidencia de que la mujer que aman les desprecia por el hecho de ser varón, encontraron refugio y cariño entre otros varones. Así de sencillo.
Mientras tanto, muchas mujeres gastan dinero en cursos de tantra aprendiendo las técnicas amatorias a manos de falsos gurús que ensalzan la energía femenina, mientras que las mujeres buscan la energía masculina que no llega, precisamente, por sus prejuicios mentales. Pero claro, nadie se atreve a decírselo porque halagándolas se gana más dinero (¿verdad que sí, Matías De Estéfano?).
Hoy, muchísimas personas hablan del amor y el amor y el amor pero son pocas las  que se atreven a decir la Verdad, que es la única vía para conocer el Amor (¿o es que un «amor de mentira» tiene algún valor?).
El Poder actual ha dejado al hombre masculino desamparado, no sólo sin posibilidad de defensa sino que, por el hecho de ser varón heterosexual, recibe todas las cargas impositivas y ningún derecho. Con lo cual, hoy día, los varones masculinos somos el segmento de la sociedad más marginado lo que, evidentemente, haga que muchos carezcan de fuerzas para la conquista femenina. ¿A qué hombre le gusta sentirse subvencionado por la mujer? ¡sólo a un gigoló! (Por cierto, esos hombres acaban abandonando a las mujeres que les mantienen y si no, que se lo digan a Paulina Rubio con Colate).
¿Resultado? La «liberación femenina» les ha dejado solas, añorando el regreso de El Hombre, obligadas a contentarse con varones femeninos que les dicen a todo que sí, cuando no, directamente homosexuales.
Esta es, crudamente, la situación en marzo del 2013, al final de estos tiempos. Hoy, día del Padre hay que recordar a todos los padres que no pueden ver a sus hijos por culpa de una paranoia colectiva que ha inoculado en las mujeres el pensamiento de que aquel al que aman es su enemigo. A todos los hombres que están hoy día en la cárcel y que han hecho que el «delito de machismo» sea hoy en España el que mayor número de presos concite. ¡Están teniendo que ampliar las cárceles para acoger a tantos hombres perseguidos por el feminismo gay! ¡Y nadie lo cuenta!!

Quien dude de lo que digo, que atienda las cifras del 2011 sobre este tema de la violencia de género.
El jueves estaré hablando del tema en Valencia y el sábado en Villena. Consultad lugares a la izquierda.

Cantó: Datos oficiales del CGPJ sobre denuncias por violencia «de género» 2011

C.G.P.J – Noticias Judiciales

http://www.poderjudicial.es/stfls/SA…ual%202011.pdf

Resumo, según el Consejo General del Poder Judicial:

– El número de denuncias por «violencia de género» en 2011 fue de 134.000 casos.
Suponen 367 denuncias diarias.

– Sólo 52.294 sentencias penales.

– De ellas, el 60% fueron condenatorias (31.403) y el 40% absolutorias (20.891).

Es decir, de 134.000 denuncias por violencia «de género» en 2011, sólo 31.403 resultaron en condena. Y por tanto: en sólo el 23,43% de las denuncias el acusado es declarado culpable. Estos datos suponen que hay 244 hombres no-culpables denunciados cada día en España

Si tenemos además en cuenta que en estos casos la palabra de la mujer
vale, por ley (LVG), más que la del hombre y que se ha eliminado la
presunción de inocencia para el varón, estos datos se vuelven aún más
escalofriantes porque no sabemos cuántos de ese 23.43% de condenados lo ha sido sin las pruebas que en cualquier otro tipo de proceso habrían sido necesarias. Así que es posible que el número de hombres inocentes denunciados sea aún mayor.

Todos los denunciados en falso, incluso los que no son declarados
culpables (la gran mayoría de los denunciados) sufren la condena y el
estigma social al hombre denunciado por «maltratador», la pérdida de la
custodia y prohibición de ver a sus hijos, las noches de calabozo y un
enorme daño moral y psicológico. Además de que, aun declarado
no-culpable, su divorcio pasa a tramitarse desde el juzgado especial de
violencia «de género» en lugar del normal, lo que conlleva una
inferioridad adicional a los ya de por sí sesgados divorcios en favor de
la mujer (90% de custodias a su favor).

Por si fuera poco, todas las denunciantes reciben todos los beneficios económicos (entre ellos subsidios especiales) y de otro tipo que da el gobierno a las «víctimas de violencia de género» aunque su denuncia sea falsa y aunque el denunciado no haya sido declarado culpable. Esto es así hasta el punto de se han dado muchos casos reconocidos de matrimonios que se ponen de acuerdo entre ellos para que la mujer denuncie al marido y así cobrar las ayudas.:

Cae una red que presentaba denuncias por violencia de gnero para cobrar ayudas |
Andaluca | elmundo.es

Este incentivo puede explicar en parte, junto a otros como venganzas de
los ex-s y beneficios en el divorcio, estos escalofriantes números.

Os recuerdo que el 5% de los hombres mayores de 18 años ha sido ya denunciado (en los 7 años que lleva la ley aprobada) por violencia «de género», probablemente más del 90% falsamente. Todo hombre, incluidos los que leéis esto, tendréis unas probabilidades muy altas de acabar denunciados en falso a lo largo de vuestra vida si esta ley sigue en vigor y seguimos a este ritmo, mayores que de sufrir un cáncer:
tomadlo muy en serio, como en el caso del cáncer, a menudo la gente no
se preocupa hasta que le ocurre a uno y le arruina la vida.

Y todo esto, cargarse el Estado de derecho y discriminar legalmente por
sexo, para que el número de mujeres muertas por sus parejas no sólo no
haya bajado sino al contrario. Gracias PPSOEIU por añadir a esas
víctimas de asesinato otras miles de víctimas de denuncias falsas.