Opinión y Noticias Externas — 27 marzo, 2013 at 6:12 pm

El sufrimiento masculino: más secreto que los Extraterrestres

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2013-03-17 18.14.45Como decía hace días, en la época en la que indujeron a los hombres a llorar y expresar los sentimientos, se nos negó ¡al mismo tiempo! el derecho  a defendernos cuando la novia o esposa nos acusaba de haberla maltratado.

Una paradoja de proporciones majestuosas, ¿verdad? Al tiempo que te decían que «los hombres también lloran», no te dejaban llorar por tu inocencia, que es la única manera honesta de llorar, por cierto. (Salvo los gays, los hombres no sabemos llorar de otra forma).

Tras años insistiendo con que la mujer llegara al Poder, contemplamos en España cómo las Corinnas, Cospedales, Báñez, Cifuentes, Anas Matos e Infantas son tan corruptas y mentirosas como los hombres.

Y ahí siguen las feministas de este país: negando que las mujeres sean capaces de mentir mientras denuncian ¡al mismo tiempo! las mentiras de sus oponentes políticas. Número 2 en el ránking de contradicciones.

Durante estas décadas en la que nos han martilleado con que el hombre debía aprender a expresar sus sentimientos y sus penas, no he visto un sólo artículo o reportaje televisivo sobre el sufrimiento masculino, sobre el desamor, sobre su pena.

Ni uno solo. Nueva y flagrante contradicción.

Por eso digo que es un tema más secreto que los Extraterrestres. Porque, por lo menos, de los Extraterrestres se habla ¡hasta en Congresos!, pero de esto…

¿Y de qué sufre el varón, vamos a ver «sabelotodo Rafapal»?

Pues por la mujer, queridos y queridas feministas, por la mujer. Por su frialdad, por la falta de su contacto, por que le eche en cara todo el sufrimiento de la Historia Humana, porque no se reconozca que todo lo que hace (el varón) es para entregárselo a Ella: primero a su madre, luego a su amor platónico, su enamorada, su mujer, etc.

Todo lo que han hecho los hombres en la historia ha sido por inspirado por la Mujer, así que, si algún mal hemos hecho, habrá sido inspirado, TAMBIÉN, por mujeres malas (que también las hay). Ahí tenéis la historia de Salomé, que pidió la cabeza de Juan el Bautista a Herodes Antipas, tras seducirle con su baile.

El hombre sufre por hacer cosas que no le gusta para llevar el dinero a casa. Sufre por el miedo al despido y se emborracha y se droga para sobrellevar la presión y estrés. Sufre por las humillaciones en el trabajo y sufre por tener que soportar gobernantes corruptos que le hacen la vida imposible, a él, y a su familia, a su mujer, vaya.

No bastando con ese sufrimiento, el de haber ido a guerras absurdas para defender a su familia (y su nación),  no bastando con el trabajo de siglos levantándose de madrugada y acostándose con el sol para ir al campo y más tarde a la fábrica para mantener a su familia, tiene que soportar que la mujer moderna le CULPABILICE de una supuesta deuda por «haberla tenido sometida» cuando la verdad es que ambos han sufrido juntos la esclavitud de la misma casta que se ha inventado el feminismo como cortina de humo e Ingeniería Social para destruir el Amor. (Así pues, las ateas «Madrastras de Cenicienta» acabaron con el católico pecado original… ¡y se lo traspasaron al varón! ¡Nueva contradicción!).

De esta forma, gracias a ese programa victimista que se activa en el momento más insospechado, muchas mujeres convierten cualquier nimio suceso de la convivencia o el noviazgo en una rebelión psicótica contra un «fantasma masculino» que deja al hombre humillado, sin poder comprender lo que sólo se puede comprender atendiendo al inconsciente y a los programas de manipulación de las masas por parte de la casta dirigente. Y que le conduce, o a la cárcel, o al movimiento gay, como todos sabéis.

Os podría hablar del insomnio, que es la consecuencia de un problema amoroso en el hombre; mientras la mujer se expresa llorando, el hombre trata de entender a través de la mente su comportamiento, de buscar una solución, y por eso no desconecta y no puede dormir. Tengo un amigo que lleva ¡6 meses sin dormir! a causa de una mujer que no sabe lo que quiere…

O de las canas que, sin duda alguna, aparecen de la noche a la mañana por una pena no expresada. O de la calvicie. O del alcoholismo. O de la adicción a todo tipo de estupefacientes…

Os podría contar muchas cosas, pero se me ocurre una mejor; la más poderosa, para explicaros el sufrimiento masculino.

Si de verdad queréis conocer el sufrimiento del varón, lo tenéis muy fácil: mirad a los ojos y a los ademanes de los hombres homosexualizados.

En sus gestos afeminados encontraréis al hombre que amó tanto a la mujer y sufrió tanto por ella, que acabó convirtiéndose, precisamente, en Ella. Tercera Gran Paradoja, ¿o será la primera?

No por casualidad, obviamente, esos hombres castrados, a los que llaman «feministas» son los que apoyan la paranoia de que el hombre es siempre el malo y la mujer, la buena; sufren tanto por Ella que se convirtieron en sus esclavos, hasta el punto de renunciar a su propia Dignidad, a su Honor, a su Verdad, a defenderse, vaya, con tal de recibir un poco de cariño.

También paradójicamente, las mismas mujeres que aman, y ante las que se arrastran sin dignidad, mandan a esos mismos hombres al purgatorio gay porque, evidentemente, un Hombre que no se respeta a sí mismo no es un Hombre. Y eso, a la Mujer, no le vale, claro. Y no lo respeta: le da literalmente «asco» (esto me lo ha comentado una mujer madura, pocas mujeres se atreverán a confesarlo).

Al final, la mujer se queda sola y el hombre, en el movimiento gay (o en la cárcel). Vaya panorama, y todo, por criminalizar al varón.

¿No creéis que ha llegado la hora de desterrar tácitamente la palabra «machista» y sustituirla por «descortés», «desconsiderado», «grosero», «insensible» o, simplemente, «mala persona»?

PD. Me encantaría que, en este caso, y para romper esta censura, los varones me contarais el sufrimiento padecido con la mujer: ya sabéis, anécdotas de discusiones absurdas, y tal. Es probable que, colocando un espejo… Valientes, escribidme a periodico@rafapal.com